La salud es el desarrollo del ser en su esencia y sentido

Escribe la Lic. Andrea Fabiana Varela Seivane.

El sentido, no es la causa de la salud, sino el motivo para tenerla. Quienes entienden que la salud se preserva o se consigue a través de la lucha contra la enfermedad, más que ser sanos, quieren no estar enfermos, siempre entendiendo por enfermedad, el daño, la falta, y al buscar esa utopía, corren el riesgo de perder la vida, en su afán por evitar las enfermedades y la muerte.

El I Ching chino, dice, que la mejor manera de combatir el mal, es un enérgico progreso en el sentido del bien. La salud, es la capacidad de respuesta, no la ausencia de cualquier falta.

Por lo tanto, para expandir la salud, es preciso transformar al paciente, en un protagonista activo y responsable, capaz de dar respuesta. De esta posibilidad de dar respuesta, surge la salud. El hombre es verdaderamente sano, cuando es más que normal. La salud es la capacidad de poder caer enfermo y defenderse, en tanto que la enfermedad, por el contrario, es la reducción del poder de superar las dificultades.

La medida de la salud, viene dada entonces, no por la ausencia de crisis, sino por la capacidad de superar las crisis para poder instaurar un nuevo orden funcional.

Pretender abordar el proceso de salud – enfermedad a través del estudio de una variable en uno de los dos términos o en los dos, salud o enfermedad, resulta insuficiente y falso. Para encarar el fenómeno de la salud del ser humano es necesario tomarlo como una totalidad. Las dificultades de la salud no son nunca un problema, sino un campo de problemas. Cuando enfocamos la salud como una totalidad, lo primero que tenemos que hacer es delimitar el campo, no puede ser demasiado pequeño, sólo el hombre en su dimensión psicofísica, porque sería poco significativo y no demasiado grande, el hombre en general, el mundo en general, etc., tampoco, porque sería inabarcable. Un campo integrado por el hombre, y por su que hacer en el mundo, en la búsqueda de sentido, sería lo adecuado de ese campo que estamos llamando salud, y al cual, aportan las distintas ramas del saber, la antropología, la psicología, la filosofía, la medicina, la sociología, las ciencias de la educación. Este enfoque a partir de la totalidad, permite diferenciar la intersubjetividad, que es lo que cada uno ve de la realidad, por ejemplo, sobre San Martín, nos va a interesar conocer lo que opinan los distintos autores sobre él, sin necesidad de saber todas las opiniones de todos los autores sobre todos los próceres. Todas las actividades del hombre son vida, pero la vida se dice de muchos modos.

En sus comienzos, la psicoterapia y posteriormente la medicina psicosomática, veían las causas psíquicas detrás de los síntomas corporales, hoy es necesario agregar algo más, y mirar al hombre en su indigencia espiritual, para ayudarlo a encontrar el sentido de su vida y vivir el sentido de su vida, los psicólogos no debemos formar hombres, sino posibilitarlos. El sentido no se da, ni se transmite, sólo se encuentra y se transita, siempre esta cambiando, pero nunca termina, apunta a algo desde alguien.

El hallazgo de sentido está orientado a esa posibilidad de valor que cada ser humano tiene, y que al fin de cuentas, puede realizar en la unidad de su existencia. Nuestra imperfección, incluso nuestra parcialidad, es lo que constituye la singularidad de nuestra persona, toda nuestra individualidad. El sentido de la vida debe buscarse a partir de la experiencia de cada ser humano, es único para cada persona y se muestra a través de los innumerables significados parciales que ofrece cada una de las situaciones que le toca vivir y de las opciones fundamentales que la persona tiene dentro del contexto personal, familiar, histórico, social, que siempre está en continua evolución. El sentido de la vida es percibido por el ser humano, cuando el ser humano realiza una acción, experimenta una vivencia, o sufre, o cuando realiza valores en las dimensiones del dar, de recibir, ante una circunstancia. Para concluir, podemos pensar a la salud, no como ausencia de enfermedad, sino como sentido de la vida, en un plan de vida incluido en un proyecto familiar y social. La salud es la posibilidad de escribir la propia historia vital en la propia familia, el trabajo y la comunidad, es la posibilidad de expresar lo no dicho, en el dialogo y la reflexión, es la posibilidad de sentirse querido y de querer, privilegiando el encuentro con el otro, es la posibilidad de transformar y transformarse, es la posibilidad de comprometerse, de participar y de sentirse participando.

Licenciada en Psicología
Andrea Fabiana Varela Seivane
MN 34156
Consultas al 4205-0549 155-143-6241

noticias relacionadas