La organización psicomotriz es más que la suma de funciones motrices
Escribe la Lic. Andrea Fabiana Varela Seivane.
A través de la acción y los movimientos que están destinados hacia un fin, el niño va estructurando su mundo, va descubriendo los objetos y va descubriendo su propio cuerpo. Primariamente toda conducta humana, es una acción, una acción que tiene un sentido y que se refleja en el movimiento, es decir, que todo movimiento humano no solamente es una acción mecánica, una función, sino que remite a una organización psicomotriz.
En las primeras etapas de vida durante el desarrollo del ser humano, tanto los objetos como el propio cuerpo, se convierten en objetos de conocimiento, y en primera instancia, estos objetos son conocidos a través de la boca, la mano es lo primero que es conocido por la boca, y poco a poco la mano comienza a ser un objeto para poder explorar, y la mano en conjunción con la vista, va recorriendo el mundo que lo rodea y se comienza a construir la inteligencia.
La mano y la vista van descubriendo el mundo, y al mismo tiempo el ser humano es sostenido por otro ser humano, quién le extiende su mano a través de las caricias, y ese ser humano que sostiene al niño además va a poner en funcionamiento los ojos del niño a través de la mirada, la vista es el sentido que nos permite la construcción de la mirada, la mirada encuentra en el otro una imagen, y es la mirada de la madre la que da la posibilidad de la estructuración del yo, del psiquismo, en estas primeras interrelaciones del niño con su madre, es donde el cuerpo del bebé va cobrando sentido y significado.
Cuando desaparecen los reflejos primitivos, en el niño aparece la posibilidad de la extensión de la mano, de la oposición del pulgar y de la rotación de la muñeca, todos estos movimientos van a ser esenciales para el descubrimiento del mundo y del propio cuerpo. Un bebé para poder mirar a otro y poder mirarse a sí mismo, necesita la presencia de otro ser humano, que es el que le va a dar la posibilidad de ser nombrado, y necesita además el reflejo postural tónico cervical que le va a permitir la fijación de la mirada y su efectivización, es decir, desde el mismo momento del nacimiento, el ser humano necesita tanto de lo neurofisiológico como de la presencia de otro ser humano. Al reflejo postural tónico cervical, se le van sumando sensaciones visuales, kinestésicas y táctiles, también aparecen los reflejos de prensión que van favoreciendo una evolución y desarrollo en el niño, posibilitando además el encuentro con su propia mano, con su propio cuerpo. La organización psicomotriz, es algo más que la sumatoria de funciones motrices del sistema nervioso, la construcción del desarrollo biológico, psicológico y social, se basa en la organización psicomotriz y está en interacción constante donde se va organizando un sistema sensorial motriz adecuado, plástico y eficiente, primero está la organización del esqueleto motor, organización tónica, propioceptiva y la desaparición de reacciones primitivas, luego está la organización del plano motor, donde se pasa de la integración sucesiva a la integración simultánea, y por último en el desarrollo psicomotor está la automatización de lo adquirido.
En la evolución y desarrollo de la motricidad grosera y a partir de allí de la posibilidad de alcanzar una motricidad fina posterior, va cobrando un valor preponderante el tono muscular y los reflejos arcaicos, muchas patologías asientan su sintomatología en alteraciones del tono muscular y los reflejos arcaicos, y es lo que los neonatólogos y pediatras evalúan desde el nacimiento y que se registran en la historia clínica del bebé.
Una vez que las habilidades posturales son adquiridas y mecanizadas, no solamente permiten libertad para poder acomodarse a situaciones nuevas, sino que también permiten al ser humano, construcciones superiores que son las que van a ser la base del conocimiento posterior. La organización del desarrollo psicomotor es muy importante, solamente pensar en los movimientos cotidianos del cuerpo, donde es necesaria una secuencia intrincada de actividad muscular que implica la existencia de mecanismos neurales subyacentes que pueden seleccionar los músculos apropiados.
El desarrollo del primer año de vida marca las características de la maduración neuropsicológica, el desarrollo físico se da desde lo proximal hacia lo distal y desde lo cefálico hacia lo caudal, como asimismo se abandonan las conductas reflejas para ir construyendo a partir de la relación del niño con su madre, conductas y comportamientos organizados.
Licenciada en Psicología
Andrea Fabiana Varela Seivane
MN 34156
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