La madre de Candela Rodríguez pidió por carta que hallen al “verdadero” asesino de su hija

Carola Labrador, la madre de Candela Rodríguez, la niña de 11 años asesinada el mes pasado en el partido bonaerense de Hurlingham, difundió una carta en la que pidió encontrar “al verdadero asesino” de su hija.

La carta fue leída por Gonzalo Corzo, un compañero de trabajo de la mujer en una cooperativa con sede en el club Remedios de Escalada de la localidad bonaerense de Pablo Podestá.

“Para los que me conocen no hace falta decir nada, para los que no, quisiera contarles que soy una mamá que salió a la calle a buscar a mi hija, sin ningún doble discurso, sin ninguna cosa oscura, con el objetivo de encontrar a mi hija. Y la encontré, no como hubiera querido, viva”, comenzó.

“Hoy no puedo más del dolor, pero soy una mujer luchadora y así como la busqué y la encontré no voy a parar hasta encontrar al asesino de mi hija, al verdadero asesino”, indicó Carola.

La madre de la víctima precisó en la carta que ella trabaja en la “cooperativa hace tres años” donde prepara “tortas” y que pertenece a “una familia común, humilde”.

Y continuó: “Hoy tengo el corazón destrozado, pero con la necesidad de encontrar al asesino de Candela porque no tiene que haber más Candelas. Porque tenemos que volver a tener la felicidad de pasear a nuestros chicos”.

“Pidamos Justicia para Candela. Gracias a todos los que, a pesar de todo lo que se ha inventado, siguen ayudándome. Gracias a Dios por estar cuidándome a mi hija en el cielo y por haberla convertido en un ángel. Ella era, es y será un ángel del cielo”, concluyó la mujer en la carta.

Por su parte, Fernando Burlando, abogado de Carola, informó esta tarde a la prensa que una prima de Candela declaró como testigo ante el fiscal Marcelo Tavolaro, a cargo de la causa.

El letrado dijo que se trató de una declaración “larguísima” y que “aportó características y cualidades de Candela”.

Explicó que la chica “mencionó que era factible que, habiendo conocido a una persona, si alguien le requería, pedía o la quería acercar a algún lado en su vehículo, por ejemplo, (Candela) podía aceptar a ser trasladada”.

En tanto, el letrado dijo que especialistas procuraban detectar quién mantuvo activo el Facebook de Candela durante los días que la niña estuvo cautiva, y que mañana van a pedir hacer un cotejo de la autopsia que fue filmada en 3D.

Por último, Burlando dijo que “seguramente” van “a solicitar que concurran (a declarar) todas las amiguitas de Candela”.

Por otro lado, la defensa de Ramón Néstor Altamirano, el carpintero detenido por el crimen, presentó hoy a cinco testigos con el fin de probar la inocencia del imputado.

La abogada Florencia Srur, una de las defensoras del acusado, informó que cuatro de los testimonios recibidos por el fiscal Tavolaro fueron de “personas que le dieron trabajo” al sospechoso durante los días de cautiverio de la víctima.

La letrada dijo a la prensa que el quinto testigo fue una persona que “fue a avisarle de movimientos extraños en la casa de la calle Kiernan (992, de Villa Tesei donde se halló el ADN de Candela)”.

“(Este testigo) lo fue a buscar (al carpintero) porque los vecinos sabían todos que tanto Nelly (la esposa de Altamirano) como Néstor (por el imputado) le daban de comer al perro Boby y porque no sabía si habían usurpado la casa”, indicó.

Y continuó: “Néstor le manifestó que, en realidad, Mabel (por Gladys Mabel Cabrera, la dueña de la vivienda y también detenida por el caso) había alquilado la casa y por eso habían pintado los nuevos inquilino”.

Consultada sobre los lugares de trabajo en los que supuestamente estuvo Altamirano, Srur dijo que fueron “varios” y citó como ejemplo que “estuvo trabajando el lunes 29 (de agosto) para un contratista que lo llevó al Sanatorio de Olivos desde las siete de la mañana hasta las cuatro de la tarde”.

Además de Cabrera y Altamirano, por el crimen están el uruguayo Hugo Bermúdez; el albañil Alberto Espínola; el fletero Guillermo López; y el verdulero Fabián Gómez.

Todos están acusados de ser “partícipes necesarios” del crimen, excepto Bermúdez, a quien el fiscal Tavolaro imputó como “autor material” del homicidio.

Además, los torneros Alfredo Monteros y su hijo del mismo nombre, y el fletero Gustavo Valenzuela se encuentran imputados de “encubrimiento agravado”, un delito excarcelable.

Candela desapareció el 22 de agosto pasado, cuando salió de su casa de Villa Tesei, partido de Hurlingham, y tras nueve días de búsqueda fue encontrada asesinada a 35 cuadras de su casa, en esa misma localidad de la zona oeste del conurbano.

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