«La infancia en riesgo»

La infancia es el periodo de tiempo en que los niños necesitan de continuo la atención de sus progenitores, necesitan recibir su cariño, su cuidado constante, sus enseñanzas a medida que van creciendo, también piden su tiempo para jugar para sentirse acompañados por los adultos, para jugar con otros niños y sentirse seguros. Ellos son el futuro y necesitan amor. Jesús dijo: «Dejad que los niños vengan a Mi y no se lo impidan, porque el Reino de los Cielos es de quienes son como ellos y el mal que hagan a ellos, a Mi me lo hiciereis» (Mateo 19-v14).

La sociedad actual, reinada por el capitalismo y su meta principal, el consumo ha llevado a una constante deshumanización del día a día, vivimos, muchas veces y no siempre en un estado desubjetivación de las personas. Con esto nos referimos a que muchas veces el día a día está mecanizado y orientado a la meta de producir y consumir como único fin, o como fin en si mismo…

En estos tiempos donde todo tiene que ser «ya», donde todo puede ser `desechado y descartado’: ¿Qué lugar le damos a la infancia? ¿Qué pasa con los niños que necesitan un espacio para ser escuchados, para crear, para soñar…

Muchas veces esos pedidos de auxilio del infante son silenciados, acallados, un diagnóstico aparece y ya se produce el alivio (de los adultos, claro está) de saber que pasa y cual es la forma de tratarlo, Autismo, Asperger, TGD, ADD, nombres que silencian, rotulan y llevan a que se medique a un niño.

Apelamos a los padres para que brinden ternura a sus niños, que encuentren espacios para compartir con ellos, para que crezcan sanos y sin mediaciones, las que en muchos casos ponen en riesgo la buena salud de los infantes.

Hacemos votos para que las soluciones mágicas no se apliquen sin sentido y que los niños encuentren en su hogar todo lo que necesiten, para crecer contentos junto a sus padres, en la esperanza de un mundo mejor.

«Los niños piden tiempo y atención, que se juegue con ellos, que nos comprometamos con su subjetividad».

Liga de Madres de Familia Diocesana Avellaneda – Lanús