La expectativa de inversión de EEUU en Argentina supera los 20.000 millones de dólares

Ya hay confirmado un primer paquete de u$s 2.400 millones, pero se proyectan otros u$s 18.000 millones que suman una expectativa de inversión de algo más de u$s 20.000 millones en los próximos dos años. Empresas de Chile anticipan que reactivarán sus inversiones en la Argentina.

El sector de servicios será el mayor generador de empleo en el país y el de más alto potencial de crecimiento, y no la Inversión Externa Directa (IED), que junto a los mercados de exportación perdidos, se podrán recuperar a más largo plazo, según evaluaron las empresas estadounidenses en Argentina, que planean invertir en los próximos dos años cerca de u$s 20.000 millones.

“En la capacidad para mejorar los servicios de valor en la Argentina que, a su vez puedan ser exportables, está la oportunidad del crecimiento de la empleabilidad”, definió en diálogo con Télam, Alejandro Díaz, director ejecutivo de la Amcham, la cámara que integran las empresas estadounidenses.

Tras la visita del presidente Barack Obama y a consecuencia de cambio de gobierno, estas empresas anunciaron inversiones para proyectos latentes en los próximos dos años por más de u$s 20.000 millones, de los cuales u$s 2.400 millones están confirmados y los otros u$s 18.000 millones son iniciativas en curso.

Sin embargo, estos u$s 20.000 millones traerán aparejados “pocos nuevos puestos de trabajo”, excepto casos puntuales como infraestructura o construcción de grandes plantas, porque “no hay correlación directa entre los montos de la IED y la generación de empleo”, sostuvo el CEO de la cámara.

Al respecto, mencionó un reciente estudio de la AmCham, en el que se estimó la creación de unos 14.000 puestos de trabajo en los próximos dos años en el ámbito de las empresas estadounidenses, aunque concentrados, principalmente en servicios, y no correlacionados con la IED.

“La empleabilidad va a venir del sector servicios, que en Argentina representan sólo 7 u 8% de su PBI. Habría que llegar a un 30%, pero para eso se necesitan incentivos de generación y exportación de productos de valor”, dijo y apuntó a “marcos regulatorios que simplifiquen, mejoren y reduzcan fuertemente la carga tributaria y faciliten los procesos de inserción en las cadenas de valor”.

Díaz destacó el potencial de exportación de servicios argentinos, basado en la calidad de los recursos humanos y en las pymes, y relevó unos 25 clusters, como tecnología, arquitectura, diseño, diagnóstico médico, ingeniería y contabilidad.

Para exportar a Estados Unidos, Argentina tiene ventajas comparativas como el huso horario, una población con mejor dominio del inglés, y el costo implícito de profesiones, enumeró, aunque advirtió sobre la importancia de adecuar la currícula de los centros académicos a las necesidades del marco laboral.

El directivo coincidió con la mayoría de los empresarios que asistieron la semana pasada al Council of Américas, sobre que el grueso de las inversiones se demorará en llegar.

“La velocidad dependerá de la experiencia que tengan los inversores en el país, del sector y del lugar en que se desarrollen. Los proyectos que tenían latentes las compañías estadounidenses con más de 50 años en Argentina son más sencillos de reactivar”, explicó.

Según el Ministerio de la Producción, hay unos u$s 33.000 millones para invertirse en los próximos dos años en estos proyectos latentes.

El directivo también mencionó las inversiones de capitales de riesgo, que buscan comprar empresas, y están evaluando la conveniencia de los precios de estos activos.

En tanto, señaló que hay inversores que apuntan a los proyectos nuevos, como el de energías renovables, al que consideró “un ejemplo de cambio para el sector privado”, por contar ya con una ley aprobada por consenso y una licitación pública de adquisición.

Díaz relevó como condicionantes para la llegada de inversiones la integración al mundo, que “Argentina ya comenzó”; la normalización de las variables macroeconómicas, que “requiere de un proceso paulatino”, y la revisión de los marcos regulatorios.

“Hay una lista de muchos factores que aún Argentina tiene pendiente para generar un entorno de negocios razonablemente, cierto y confiable. Y esto requiere tiempo”, sostuvo.

También estimó tiempos dilatados para recuperar y ampliar los mercados externos y logar una balanza comercial más equilibrada.

“En la última década, en el comercio exterior de bienes, salvo en los commodities, Argentina tuvo pérdida de mercados de competitividad y de valor agregado en los productos exportables. Esto va a requerir varios años”, reseñó el CEO.

Recuperar y mejorar esta posición en el mundo “dependerá de la habilidad para trabajar sobre la productividad, la competitividad y el desarrollo de las tecnologías a través de inversiones que permitan sofisticar y darle valor agregado a los productos industriales exportables. Para eso se necesita calidad y costos y Argentina está todavía lejos”, sostuvo.

En el nivel bilateral, el ejecutivo estimó que la apertura al mercado de limones y carnes se espera para principios del año próximo, y se manifestó confiado en que Estados Unidos vuelva a incluir a Argentina en su Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), perdido durante la gestión anterior, y que habilita el ingreso de algunos productos con arancel cero al mercado estadounidense.

Por último, se pronunció por la vía de los acuerdos de libre comercio, para lo cual Argentina “tiene que generar los estándares internacionales y luego ir a negociar puntualmente”.

Si bien ponderó la calidad de observador del país en la Alianza del Pacífico, los pasos para ingresar a la OCDE y la intención de acelerar las negociaciones con la Unión Europea, Díaz advirtió sobre la necesidad de construir infraestructura para el corredor bioceánico, trabajar en los costos y en la competitividad, lo cual “requiere tiempo y políticas de Estado”, concluyó.

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