La Cooperativa «Azucena Villaflor» continúa creciendo con su proyecto editorial

Comenzó a fabricar juguetes educativos para nivel inicial.

Con apenas dos años de vida, la Cooperativa Editorial Azucena Villaflor continúa creciendo y sumando iniciativas culturales y educativas. En la actualidad, ya tiene editados siete libros, hay un octavo en camino y además avanzó con un proyecto para la fabricación de novedosos juegos didácticos con temáticas locales.

La Cooperativa Azucena Villaflor nació en marzo 2011 en el seno del Centro Cultural del mismo nombre, gracias a un grupo de compañeros que quería promover un espacio de producción que generara trabajo para los que estaban desocupados o vivían de changas.

«Empezamos a pensar cómo podría ser y, por nuestro perfil en el plano de las ideas, coincidimos en que tenía que ser una cooperativa abocada a lo cultural y a lo educativo», le explicó a La Ciudad el responsable editorial del emprendimiento, Miguel Simonetti.

«En una primera etapa dijimos de editar libros, aprovechando un aula del Centro Cultural que convertimos en taller -agregó Simonetti- allí tenemos una computadora, una impresora de alto volumen, guillotina, laminadora para las tapas, encuadernadora y hendidora».

El primer libro que vio la luz fue la «Biografía de Azucena Villaflor» de Enrique Arrosagaray. «Nosotros le contamos a Enrique que íbamos a largarnos con este emprendimiento y su respuesta fue que tenía que ser con este libro», recordó Miguel Simonetti.

«Su sugerencia fue también un gesto de confianza porque en nuestra organización, el autor de alguna manera cede sus derechos de publicación de su obra porque se asocia cooperativamente con nosotros», explicó.

En ese sentido, cabe destacar que aquellos escritores que editan por la Cooperativa no tienen que pagar absolutamente nada, el costo es «cero» porque se asocian en forma transitoria a la cooperativa como un integrante más.

«El autor pone su trabajo intelectual y nosotros ponemos la materia prima y la producción, después evaluamos cuántos ejemplares hacemos en la primera tirada y vamos de gira presentándolo en distintos lugares», comentó Simonetti.

«Vamos imprimiendo sobre la marcha a medida que se venden -agregó- y lo recaudado se reparte entre todas las áreas que trabajaron en su producción».

Consultado sobre qué libros sacar a la calle, el responsable editorial remarcó que «el primer filtro tiene que ver con nuestras ideas, pero se da de manera natural porque, por lo general, los que manejan otros conceptos no se acercan a la cooperativa».

«Después es lo que hablamos con el autor y tiene que ver con sinceridad, porque nosotros tenemos un lema que es ‘comercio justo, trabajo digno y saberes compartidos’», sostuvo.

«El autor nos dice más o menos cuantos libros se pueden vender en una primera edición -añadió- y además hablamos donde presentarlo».

Hasta el momento, además de la «Biografía de Azucena Villaflor» de Enrique Arrosagaray, la cooperativa editó «Luces Rojas, de Alejandro Córdoba; «Alma Mia» de Lilian Garcé; «La Esfinge de Nyikang» de Rubén Coronel; «SIC, Sistema de Información Contable» para cuarto año de escuelas medias, de Adriana Calvo; y la «Antología» de la Reunión de Escritores Independientes de Avellaneda.

«También hicimos dos libros para una escuela de Caraza, a la que la Cooperativa les donó su trabajo», resaltó Simonetti. En este caso se trató de un libro de recetas confeccionado por los propios alumnos, llamado «Cocineros de Caraza», y de una enciclopedia de animales, con ilustraciones de los chicos de primer grado y de Jardín.

Por otra parte, en pocos días aparecerá el libro «Recuerdos del Alto Perú», de Javier Garín con prólogo de Norberto Galasso, novela que detalla la campaña de Manuel Belgrano.

Finalmente, Miguel Simonetti destacó el trabajo del ilustrador Juano Luz, porque «más allá que su labor está subvaluado porque en el mercado se paga mucho, él está convencido de que la manera de trabajar es en cooperativa».
Todos aquellos que deseen editar sus libros pueden acercase al Centro Cultural ubicado en Güemes 1411 o enviar un correo electrónico a cooperativaazucena@gmail.com con su propuesta, para luego analizar la factibilidad y dónde presentarlo.

Juegos didácticos en tela y madera, el nuevo emprendimiento

Con el proyecto editorial encaminado, los integrantes de la Cooperativa empezaron a pensar en nuevas iniciativas para crecer.

En ese marco, dos de sus integrantes, el artesano en madera Silvio Torres y la artista plástica Evangelina Mate, que ya fabricaban juguetes didácticos como hobbie, propusieron la idea.

El primer dispositivo que crearon consta de seis juegos «lúdico-didáctico» para nivel inicial, en el que se trabaja, además de la motricidad, valores como la cooperación, el cuidado del ambiente y la educación vial.

Además, todos los juegos tienen un componente local para que los chicos se identifiquen y conozcan donde viven. «El juego de ambiente es limpiar La Saladita, donde en vez de pescar como los tradicionales hay que sacar la basura. El tablero es una lona cuadrada de un metro y medio por lado y la caña es de madera con un imán en la punta», detalló Migue Simonetti.

Por su parte, el juego de educación vial está diseñado en base a un plano de Avellaneda, con los estadios, la Plaza Alsina, el Parque Dominico y los edificios emblemáticos. «La dinámica es como los juegos de mesa, los chicos van recorriendo casilleros para cumplir misiones, pero respetando los semáforos, los sentidos de circulación de las calles y las señales de tránsito», comentó.

Uno de los objetivos es acompañar al juego con una charla para los docentes, en la cual se les explica el espíritu de cada uno de ellos para que después usen su propia creatividad.

«El juego no tiene un reglamento, sino que viene acompañado por propuestas para que las reglas sean consensuadas entre los jugadores, porque la idea es promover los valores como la cooperación, la solidaridad y la honestidad», resaltó Simonetti.

De hecho, uno de los juegos que está destinado a difundir los derechos de los niños tiene consignas que hacen que el juego no sea de competencia, sino de colaboración mutua y espíritu de grupo.

Por otra parte, los responsables de la cooperativa comentaron que si bien no se empezaron a comercializar, estas iniciativas fueron «testeadas» con los chicos en la Juegoteca de Lanús, donde la Cooperativa tiene un espacio para trabajar con la comunidad.

Pese a que el proyecto de «juegos» está todavía en su etapa de desarrollo, la Cooperativa ya tiene dos clientes interesados en los productos. Los que deseen sumarse podrán hacerlo mediante la página www.juegosalboroto.com.ar o a los teléfonos 3529-5454 / 15-6715-8404 / 15-3803-5222.

Importante donación de la Fundación Eva Perón
La histórica Fundación Eva Perón le donó a la Cooperativa Editorial Azucena Villaflor parte de su hemeroteca, que consiste en alrededor de 600 diarios del período 1957-1987, más algunas publicaciones editadas en la clandestinidad.

«Estamos en el proceso de inventario y viendo quién nos puede financiar el trabajo de los compañeros, para armar una hemeroteca itinerante y salir por las escuelas con ese material», aseguró Miguel Simonetti.

Sus integrantes
Virginia Coronel (presidenta y encargada de la coordinación general)

Miguel Simonetti (responsable editorial)

Ezequiel Albani (diseñador gráfico)

Juan José Luz (ilustrador, encuadernador)

Evangelina Mate (artista plástica, diseñadora de juegos y juguetes)

Silvio Torres (artesano en madera y responsable de producción)

María del Carmen Pujol (responsable de administración)

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