En la última Nochebuena convivimos con 2 fenómenos: El primero, natural, previsto por los astrónomos y objeto de la nota del día con sus fotos. El segundo, de naturaleza ¿incierta?, los tremendos apagones con todas sus consecuencias. A tan solo metros del centro de Avellaneda, entre 12 de Octubre, Ameghino y Laprida, otra vez sufrimos como gran parte del conurbano y parte de Capital de la desidia de EDESUR. El primero depende totalmente de la naturaleza y se puede preveer con una antelación asombrosa de años, días y horas. De los apagones que sufrimos cada 2 x 3, de los que nadie se hace cargo en serio, no lo puede preveer ni Dios… que desde luego, nada tiene que ver con esto.

Miguel Sztul
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