“Llevaré gravado en mi retina este
maravilloso espectáculo (…) Yo llevo en
mis oídos la más maravillosa música, que,
para mí, es la palabra del pueblo argentino”.

Un nuevo año de homenaje al líder y estadista que nos legó un modelo de país solidario, profundamente humanista y pensado para todas y todos: Juan Domingo Perón.

Cuando publiqué “Perón, el hombre de los tres siglos” fue pensando en que él habíanacido en 1895, durante el 1900 desarrolló su modelo y estadística para una Argentina productiva, trabajadora y con derechos para cada sector de la sociedad; y en 2021 su legado permanece vigente. “Vine al país para afianzar un proceso de liberación nacional (…) después de largos años de sometimiento político, económico y social” y, de esto trata el trabajo cotidiano de quienes abrazamos la doctrina justicialista.

En los momentos que estamos viviendo, que somos testigos de cambios vertiginosos que comenzaron con las tecnologías y ahora la Pandemia Covid 19 que ha quebrado los paradigmas existentes; llámense sociales, laborales, de salubridad, educativos y medioambientales. Creemos que debemos tener en cuenta que la solidaridad que
pregonó siempre el Movimiento Justicialista, es fundamental para que entre todos superemos esta calamidad sanitaria, manteniendo nuestra independencia política, económica y social que son los ideales del justicialismo, bregando por la cultura, educación, el trabajo, la producción, el medioambiente, el crecimiento espiritual y la
salud.

Este virus que asoló el planeta mostró más que nunca las diferencias, la pobreza de muchos y las riquezas desmesuradas de pocos y, a aquellos países en vías de desarrollo, pobres o emergentes damos batallas cotidianas, y hacemos esfuerzos con un Estado presente para paliar las necesidades. Porque el Justicialismo desde sus inicios tuvo en cuenta la necesaria distribución de la riqueza y la felicidad del pueblo como ejes fundamentales para el desarrollo de la vida.

Perón sentenció: “Para conducir a un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo. Quien se dedica a la conducción debe ser profundamente humanista: el conductor siempre trabaja para los demás, jamás para él”.

Y creemos que así debe ser porque desde ese lugar, es desde donde surge la solidaridad que tanto necesitamos hoy y que el ideario peronista promovió, promueve y promoverá siempre: juntos, solidarios y organizados, podremos llegar al país que soñamos y nos merecemos, el mismo país que soñó Juan Perón.

Antonio Hugo Caruso