Hace pocas semanas falleció Isauro Vázquez, creador y fundador de una de las peluquerías tradicionales e históricas de Avellaneda. Hoy, a más de seis décadas del surgimiento de la iniciativa, su nieto Gabriel continúa con la tradición familiar desde el salón integral ubicado en avenida Mitre 3049.
 
Isauro comenzó en esta profesión influenciado por su tío y sus primos, quienes se dedicaban a la peluquería. «Después cada uno fue tomando su rumbo y se fueron abriendo, algunos decidieron irse a la Capital y mi abuelo se quedó en Avellaneda», aseguró Gabriel Vázquez al referirse a los comienzos de un emprendimiento que ya lleva tres generaciones.
 
La segunda generación empezó de muy joven en la peluquería. Alberto, hijo de Isauro y padre de Gabriel, tenía apenas 17 años cuando se sumó a «Isauro».
 
«Empezó a trabajar con su padre, después se fue a Barrio Norte y más tarde volvió a Avellaneda, a Rocha y Mitre, donde estuvo hasta que falleció», comentó Gabriel.
 
«Yo había empezado a trabajar con mi padre también a los 17 años pero, cuando falleció, yo ya estaba en este local con mi abuelo -agregó- acá aprendí todos los secretos de la peluquería».
 
Antes de que Isauro se jubilara, Gabriel alternó su trabajo con la capacitación con reconocidos estilistas como Bruno Salas y Coty de Moreno. Hoy es además uno de los veinte seleccionados por la prestigiosa firma italiana Framesi que está formando profesionales en todo el mundo.
 
«Cada una de las generaciones le aportó una cuota de estilo y, la verdad, que es una alegría poder continuar con esta trayectoria», remarcó Gabriel Vázquez.
 
En ese marco, resaltó su orgullo de poder tener entre sus clientas a aquellas que también fueron de su abuelo y de su padre. «Ya he peinado para sus quince años a bisnietas de las clientas de Isauro», aseguró.
 
«Tengo una clientela muy amplia, no es solo gente de Sarandí -añadió- vienen de Flores, de Bernal, de Quilmes; se amplió mucho».
 
Consultado sobre el legado recibido de su abuelo Isauro y su padre Alberto, Gabriel lo resumió en una palabra: «Placer».
 
«Me da mucho placer ejercer esta profesión y se lo debo a ellos, porque nací en una peluquería y todo lo que hago es por el amor que ellos me transmitieron», remarcó.
 
 
Amplios servicios y horarios
De martes a sábados de 9 a 19 horas, «Isauro» ofrece una gran variedad de servicios, que incluyen color y corte de vanguardia, peinados de quince y de novia, maquillaje social, maquillaje artístico, masajes, pedicuría, podología y depilación.
 
Además, con el objetivo de incrementar y mejorar la atención, Gabriel Vázquez agregó los servicios de spa corporal y facial.
 
«Fuimos agregando servicios de acuerdo a los requerimientos de las clientas, que quieren llegar a un lugar y retirarse con todo. Hoy las peluquerías se convirtieron en centro de belleza», explicó el titular de «Isauro».
 
En cuanto a moda, reconoció que las mujeres están mucho más exigentes que en épocas de sus antecesores, debido a la gran cantidad de información a la que pueden acceder mediante la televisión o Internet.
 
«Tratan de pedir lo que se usa, lo que es tendencia, pero no es como antes que iban todas iguales con un peinado de moda -aseguró- hoy hay tendencias y la moda la hace cada una, es personalizada».
 
En base a esos requerimientos, Gabriel y su equipo de colaboradoras, que integran su madre Graciela, su colorista y asistente Laura, Graciela (podología y masajes) y Lorena, ofrecen el asesoramiento adecuado teniendo en cuenta los gustos de la clienta y el ambiente laboral o social en el que se desenvuelve cada clienta.
 
Por otra parte, en «Isauro» se trabaja mucho con el cuidado capilar porque «de nada sirve tener un buen corte o un buen color si no está en condiciones».
 
Finalmente, Gabriel Vázquez expresó su satisfacción por trabajar de lo que realmente ama y resaltó que su mayor placer está en «crear».
 
«Me perfeccioné con Bruno Salas en peinados artísticos, es algo más artesanal, lo llevo muy adentro -afirmó- no existen dos peinados iguales, hay un peinado para cada mujer y para cada momento del día».
 
«Isauro», tres generaciones, tres estilos, pero la misma pasión y el mismo placer por el trabajo.