Independiente no perdonó a Boca y su escasa definición

Una muy buena jugada que culminó Piatti liquidó el clásico. Silvera y Mouche, los otros goleadores

Menos mal que el de Boca fue nuevamente declarado estadio cardioseguro! ¡Menos mal que hay muchos desfibriladores a mano en toda La Bombonera. Porque este Boca infarta! Ataca y ataca pero los goles los hacen los otros. Porque merece ganar pero los tres puntos se los llevan los de enfrente. Independiente se vio acorralado pero ganó y hasta sueña con una remota Copa Libertadores. Porque con un gol en el final de Piatti, se llevó todo y dejó a Boca nuevamente con las manos vacías.

La idea de Alfio Basile para rodearlo de la mejor manera a Martín Palermo quedó evidenciada con el 4-3-3 con que Boca salió a afrontar el clásico con Independiente. El manejo de la pelota quedó a cargo de Insúa, mientras que junto a Palermo se movió Viatri y Gaitán se acomodó por la derecha, bien contra la raya, como un extrema tradicional.

¿Cuál fue la respuesta de Independiente ante este esquema? Un 4-4-1-1 rabioso, con Silvera como único punta, Gandín tiradito hacia atrás flotándole a Rosada, Busse y Acevedo como mediocampistas internos más Gómez y Mancuello en el ida y vuelta por los costados.

Luego de un par de llegadas muy claras de entrada -un cabezazo de Silvera que bloqueó Abbondanzieri y un centro de Gaitán que no resolvió bien Viatri-, Boca empezó a hacerse peligroso por la multiplicidad de sus variantes ofensivas. Con un volumen de pases poco frecuente y una reconfortante idea de jugar en equipo, los de Basile se plantaron cerca de Gabbarini y dejaron volar la esperanza de que el primer grito no estaba demasiado lejano.

Pero, en este Boca siempre hay un pero. Así como en este primer tiempo atacó bien, su pecado, otra vez, fue dejar atacar al rival. Por eso a los 35 minutos, Gómez enganchó hacia adentro frente a Krupoviesa, despachó un buen centro, Paletta miró la pelota olvidándose del hombre y Silvera definió de zurda, cruzando el impacto.
Luego, Palermo mandó otro cabezazo por arriba, Mancuello eligió el arco cuando un centro parecía ser más oportuno y Viatri malogró una chance más para que el encuentro no decayera en intensidad cerca de los arcos.

Para iniciar el complemento, Basile mandó a Mouche a la cancha en lugar del lesionado Viatri. Así, con Mouche como puntero izquierdo, Boca descubrió las flaquezas del visitante por la costilla custodiada por Tuzzio.

Y en pleno dominio boquense, Gaitán asistió a Mouche y el veloz delantero empató el clásico con el arco vacío.

Boca no claudicó en su búsqueda del triunfo y dispuso de una oportunidad clarísima, cuando en hermoso contraataque se juntaron Mouche, Palermo y Gaitán para que éste estrellara su remate en un poste.

El infortunio de Boca con las lesiones no parece tener fin y por eso debutó Lucas Pratto en Primera. Y más infortunio, como si le estuviera haciendo falta un brujo, tuvo cuando se juntaron Acevedo, Silvera y Piatti para que el ex mediocampista de Gimnasia resolvieran sabiamente ante el achique del indefenso Abbondanzieri.

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