Golpe para Rajoy: se fue la presidenta del gobierno de Madrid y líder conservadora

Esperanza Aguirre anunció que abandona la política y dimite a su cargo. En una sorpresiva conferencia, dijo que se aleja por “motivos personales”. La reemplazará el vice del Ejecutivo regional.

La presidenta regional de Madrid, Esperanza Aguirre, uno de los referentes del conservador Partido Popular (PP), dimitió este lunes y anunció que deja la primera línea política, tras una larga pugna por el poder con su correligionario Mariano Rajoy, presidente del gobierno.

La decisión de Aguirre, de 60 años, supone un golpe para el jefe del Ejecutivo español, quien parecía haber logrado contener las aspiraciones de la “lideresa” madrileña, una rival interna pero necesaria por el caudal de votos que moviliza.

“He llegado a la conclusión de que es el momento adecuado para retirarme”, soltó como una bomba, emocionada, la dirigente regional, al anunciar su dimisión en una sorpresiva conferencia de prensa convocada con una hora de antelación.

Aguirre, que deja la presidencia de la Comunidad de Madrid tras nueve años en el poder, alegó motivos personales, entre ellos el cáncer de mama que le fue diagnosticado en febrero de 2011 y del que “presuntamente estoy curada”, dijo.

“Pero no sólo eso, también por los últimos acontecimientos personales”, argumentó sin dar más detalles, lo que dejó abierta a la puerta a otras interpretaciones de carácter político.

“Es una decisión durísima, vivo la política con pasión, pero quiero vivir más cerca de los míos. No hay vuelta atrás”, añadió.

El anuncio de Aguirre de pasar a un “segundo plano” aunque “sin dejar la política”, sorprendió a correligionarios y opositores.

A tal punto que hizo pública su decisión poco después de habérsela comunicado a Rajoy, según afirmó la propia dirigente.

Con este gesto, que no es casual, como casi nada en su polémico comportamiento político, la también conocida como “la dama de hierro” o “la Thatcher española”, dejó en evidencia algo más que motivos personales.

“Es esencial elegir el momento”, dijo Aguirre, cuya decisión llega justo cuando Rajoy se encuentra ante una nueva coyuntura crítica en la que debe decidir un segundo rescate, que puede llevar a España al precipicio y dilapidar la poca legitimidad que le queda tras nueve meses en el poder.

Poco después de la conferencia de Aguirre, el jefe del Ejecutivo español emitió un comunicado en el que destacó la “enorme trayectoria” política de la dirigente conservadora y su “labor de gobierno”, así como también expresó que “comprende y valora” los motivos personales de su renuncia.

Carismática, polémica, y sin filtro, Aguirre se convirtió en uno de los referentes de la derecha española más rancia tras cuatro décadas en política y 30 años en la primera línea.

Fue la primera mujer que presidió el Ejecutivo regional madrileño y también la primera -y hasta ahora la única- en presidir el Senado. Con José María Aznar como presidente del gobierno español, fue ministra de Educación y Cultura.

En mayo de 2011 ganó por tercera vez consecutiva las elecciones autonómicas en Madrid, iniciando su tercer mandato como jefa del gobierno regional, con mayoría absoluta.

Muchos creen que su paso a un costado se debe a que no ha podido concretar sus aspiraciones políticas, y algunos dudan de que sea una decisión definitiva.

Aguirre intentó en 2008 hacerse con el liderazgo del PP, pero no consiguió los apoyos internos suficientes para disputarle a Rajoy la dirección del partido tras su segunda derrota electoral consecutiva frente al socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

Desde entonces, la dirigente continuó siendo una piedra en el zapato para Rajoy, con el que tiene claras diferencias públicas, la última respecto a la decisión de autorizar la libertad condicional del etarra enfermo de cáncer Josu Uribetxeberria. No obstante, su peso político es indiscutible.

“En el PP nadie tiene el tamaño que tenía Esperanza Aguirre”, afirmó el líder de los socialistas madrileños, el opositor Tomás Gomez, luego de conocer su dimisión.

El cargo de Aguirre será ocupado por el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, su mano derecha, y quien no cuenta con el apoyo de Rajoy, lo que garantiza una nueva guerra interna en el PP madrileño.

Su dimisión se produce en un momento en que hay “un claro distanciamiento, por no decir desafecto, con el PP de Mariano Rajoy”, dijo el diputado de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares.

Cabe la duda de que se vaya “para no corresponsabilizarse de la política que no comparte, como en temas de impuestos, financiación y política antiterrorista”, opinó Llamazares.

“No sé si se va para volver en otro momento”, advirtió el diputado de IU. La retirada de la polémica dirigente madrileña, al igual que su paso por la escena política, no ha dejado a nadie indiferente, ni a la clase política ni a los ciudadanos, que suelen criticar a Aguirre en las redes sociales por sus frases célebres y “deslices” captados por micrófonos abiertos.

Una de sus últimas “meteduras de pata” fue cuando, en tono coloquial, dijo que a los arquitectos de Madrid “habría que matarlos”, en referencia a un edificio oficial que no le gustó.

“Franco era bastante socialista”, dijo en 2008 en un programa de debates de la televisión pública. Su enfrentamiento con el ex alcalde de Madrid y actual ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallarón, también dejó muchas perlas.

“Hemos tenido una inmensa suerte de poder darle un puesto a IU quitándoselo al hijoputa”, dijo en referencia a la disputa entre ambos por poner representantes en el banco Caja Madrid.

Con su ferviente nacionalismo “españolista” también se ganó el repudio de buena parte vascos y catalanes.

Aguirre contribuyó a “crispar” y a “tensar más” a la sociedad por sus declaraciones, “a veces de extrema derecha”, dijo el portavoz del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Aitor Esteban.

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