La cita fue domingo 23 de setiembre, a las 7.30 de la mañana, en Avenida Corrientes y la 9 de Julio, en pleno centro porteño. El Obelisco marcaba el punto de encuentro. Imposible equivocarse.

Media hora antes, empezaron a llegar los atletas convocados para participar del octavo Maratón por Equipos Banco Galicia, que este año estuvo dedicada a un grande del atletismo nacional: Osvaldo Suarez, quien en la medianoche del 31 de diciembre de 1958, entraba en la historia del deporte argentino por ser el primero en ganar la mítica «Corrida de San Silvestre», en Brasil.

Podio que repetiría en forma consecutiva en 1959 y 1960.

Osvaldo Suárez no imaginaba que, a 54 años de aquel momento, sumaba otro record, que es el ser el único atleta en ganar en forma consecutiva tres San Silvestre. Mucho tiempo atrás quedo su primer desafió entre los chicos del barrio de Wilde, en Avellaneda.

Así, con todo preparado para disfrutar de una gran fiesta del deporte. Previo a la largada del Maratón por Equipos, fueron emitidas en pantalla gigante imágenes de la historia deportiva del homenajeado, con testimonios de la época y relatos en primera persona.

Al finalizar la prueba, que consistió en una carrera de 21 km con postas, de a dos y cuatro integrantes, se efectuó el homenaje al gran deportista avellanedense sobre el escenario, donde recibió el saludo de las autoridades de la organización, atletas, integrantes de la Agrupación Atlética Osvaldo Suarez y de su rival en las pistas pero amigo fuera de ellas, Walter Lemos.

Una gigantografía de Suárez corriendo invitaba a fotografiarse junto al campeón. Asimismo, se destacaban remeras enmarcadas de las carreras homenaje que organiza la Agrupación Osvaldo Suarez , desde hace 10 años en el mes de marzo.
Habís almohadones con imágenes de Suárez y Lemos en las pista, como así también murales de ambos y tapas de revistas deportivas de la epoca.

Un cálido y merecido homenaje
Los presentes se acercaban a estrechar las manos y saludar a los atletas de ayer quienes se fundieron en un cálido abrazo destacando su amistad y con sonrisas se desafiaban a correr en la actualidad.
Al retirarse, se escuchó decir a Osvaldo: «Qué ganas de volver a correr…»

María Rosa Simonetti