Alrededor de dos mil estudiantes secundarios de nuestra ciudad, según estimó el municipio, participaron el jueves 27 de septiembre, de la una jornada denominada «Avellaneda tiene Memoria», en homenaje a las víctimas de «La Noche de los lápices», que organizó la comuna durante todo el día en la Plaza Ucrania, ubicada en Av. Belgrano y Arenales.

La actividad se realizó con motivo de conmemorarse 36 años de la denominada «Noche de los Lápices», en la que la última dictadura militar secuestró a un grupo de jóvenes de la ciudad de La Plata, que pedían, entre otras cosas, la implementación del boleto de transportes estudiantil.

El intendente de Avellaneda, ingeniero Jorge Ferraresi, participó de una charla ante gran cantidad de jóvenes, de la que también formó parte la nieta recuperada por las Abuelas de Plaza de Mayo, Victoria Montenegro.

La misma tuvo el objetivo de exponer acerca de la historia de lucha por la reivindicación de los derechos juveniles y sobre el rol actual de la participación y la militancia.

Durante sus palabras, el jefe comunal destacó que «en el 2003, Néstor Kirchner recuperó las ideologías, la memoria y nuestra historia para ponerlas al servicio de plasmar un mejor futuro para todos».

Por su parte, Victoria Montenegro, al referirse al compromiso actual de los jóvenes, remarcó que «cuando uno abraza una causa noble, eso genera un contagio en el resto de la sociedad”, y finalizó diciendo: «Si seguimos por este camino, ustedes van a tener aquel país que soñaron los 30 mil compañeros que hoy no están».

Cabe destacar que de la jornada participaron decenas de agrupaciones juveniles y organizaciones estudiantiles y sociales, quienes mostraron en sus stands el trabajo cotidiano que realizan con los jóvenes, y los que pudieron ser recorridos por los visitantes durante todo el día.

Una noche trágica
Se conoce como la Noche de los Lápices a una serie de diez secuestros de estudiantes secundarios, a manos de la dictadura militar, ocurridos en La Plata durante la noche del 16 de septiembre de 1976 y sus días posteriores.

El caso tomó notoriedad pública en 1985, luego del testimonio de Pablo Díaz (uno de los estudiantes sobrevivientes) en el Juicio a las Juntas. Él mismo participó de la creación del guion que llevó la historia al cine en 1986.

Cuatro de los estudiantes secuestrados sobrevivieron a las posteriores torturas y traslados impuestos por la dictadura.