No los amedrenta ni la presencia policial en la zona, ni saber que el Tribunal Supremo y el Constitucional no los avalan, porque adquirieron la fuerza suficiente como para impedir la actuación del gobierno en su contra.

La policía tiene ordenes de actuar sólo si se producen alteraciones del orden público y ellos, que piden un cambio de sistema político y social, no tienen interés en causarlos.

“Saben que estamos aquí pacíficamente, por eso creemos que ya no van a actuar”, afirmaba hoy Luís, un estudiante que participaba junto con un grupo de amigos en la protesta de Sol. Según informó por megafonía uno de los voceros del movimiento, la policía desalojó esta tarde varias plazas de los alrededores y que también habían sido ocupadas por ciudadanos. “La voz del pueblo, no es ilegal”, gritaron los manifestantes tras conocer esta noticia.

“¡No nos moverán!”, volvían a corear hoy unas 2.000 personas que participaron de una nueva asamblea general en el “kilómetro 0” después de que la jornada de reflexión preelectoral comenzara la pasada medianoche que con un “grito mudo” multitudinario que a modo de rebeldía desafió la prohibición de la Junta Electoral Central.

El desafío se repitió a lo largo y ancho del país, con la Plaza Catalunya de Barcelona como otros de los grandes centros de lucha. También hubo protestas en Santiago de Compostela, Bilbao, Sevilla, Valencia, Zaragoza y Palma de Mallorca entre muchas otras ciudades.

“El derecho de reunión prevalece sobre la jornada de reflexión, y así lo ha declarado en situaciones semejantes el Tribunal Constitucional”, remarcó el autodenominado movimiento “Toma la Plaza” en un comunicado.

Los manifestantes que tomaron la palabra durante la asamblea de Madrid procuraron no mencionar a ningún partido político, puesto que la Junta Electoral Central, al prohibir la concentración, consideró que los manifestantes incidían en las elecciones al pedir la exclusión del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el opositor Partido Popular (PP).

En Madrid, y también en Barcelona, los manifestantes acordaron hoy convocar y coordinarse con las asambleas de los barrios y en las localidades de la región para extender el movimiento.

La Acampada de Barcelona fijo posición en cuanto a la continuidad de la protesta al votar en Asamblea mantenerla hasta el 15 de junio.

“Por favor, no molestar, estamos reflexionando”, decían varias pancartas en la Puerta del Sol. “Hay que reflexionar sobre el cambio. Estamos cansados de este sistema bipartidista que tenemos, y queremos un sistema más cercano a una democracia real”, señalaba José Luís, desocupado de 45 años.

“¡No hay pan, para tanto chorizo!”, “¡Que no, que no, que no nos representan!”, cantaban la miles de personas que volvieron a copar la Puerta del Sol entre las pausas de una batucada que puso ritmo a la manifestación. “Si nosotros, no sois nada”, clamaban.

“El pueblo, unido, jamás será vencido”, repetían sin cesar.

La jornada de reflexión transcurrió en un ambiente festivo, con conciertos, obras de teatro, títeres y muchas actividades de sensibilización social sobre los temas que más preocupan a los manifestantes, como son el trabajo, la educación, la vivienda y el medio ambiente.

Las acampadas de todo el país muestran la imagen de una microciudad autogestionada, con una democracia directa –la asamblea popular- con comisiones que debaten y fijan objetivos así como actuaciones en diferentes materias, como vivienda, educación, alimentación, infraestructuras, comunicación, etc.

Algunos ya cuentan con canales de comunicación propios, radios libres, y periódicos, y otros los están organizando.

En Plaza Cataluña funciona un comedor, una peluquería, una guardería, una zona de juegos, otra de lectura, así como para la oración. Durante la jornada de reflexión hubo música en vivo y muchos talleres.

Tanto en Madrid como en Barcelona se instalaron huertos ecológicos. “Es parte del movimiento de cambio social, de la forma de ver la vida, y obviamente, una parte importante es la naturaleza”, explicaba uno de los responsables del huerto de plaza Catalunya, Miquel, de 31 años. “Llevo varios días aquí y mi deseo es que este movimiento continúe, que no pare ni el domingo ni esta semana, que germine y de sus frutos, y así consigamos cambiar las cosas”, dice.

“Es la primera vez que se da que el día de la jornada de reflexión haya concentraciones de este tipo y, por momento muy bien, está siendo tomo muy pacífico”, explicaba Alicia Navarro, una joven profesora.

“Estamos aquí para intentar cambiar un poco las cosas, para que no nos sigan tomando el pelo como hasta hora. Esperamos que el movimiento dure, que los políticos defiendan los intereses de los ciudadanos y no de las grandes empresas”, añadía.

Jesús, de 60 años, aseguraba que este movimiento “les ha tocado los huevos” al PSOE y el PP. “En las elecciones están en juego sus intereses, el PP es el que domina las juntas electorales y querían que los socialista reprimieran para quitarles votos y finalmente no ha pasado porque se han visto desbordados por la gente”, asegura.

“La cuestión es cortar esta situación, ellos han convertido las campañas políticas en un verdadero Estado de excepción donde solo pueden opinar cuatro”, agrega.

En medio de esta rebelión de los “indignados”, España votará mañana en elecciones municipales en todo el país y autonómicas en la mayoría de las comunidades a excepción de Galicia, el País Vasco, Cataluña y Andalucía.

Los socialistas de Zapatero podrían sufrir una histórica derrota, mayor que lo previsto en las encuestas, antes del inicio de la protesta. En cambió, el opositor Partido Popular (PP) está a punto de conseguir una victoria, que seguramente quedará deslucida, pero que allanará el camino a su líder, Mariano Rajoy, a La Moncloa.