“En ese vehículo se encontraron rastros de ADN que corresponden a Tomás (Dameno) Santillán y a Adalberto Cuello”, dijo este mediodía el fiscal en una conferencia de prensa en Junín.

Ochoaizpuro detalló que el perfil genético de Tomás “fue obtenido de la manija de la puerta del acompañante del vehículo” y que el ADN de Cuello fue hallado “en el volante del rodado”.

“Con estos elementos entendemos que ya se encuentra plenamente comprobada tanto la materialidad del hecho como así también la responsabilidad del imputado”, dijo el fiscal.

De esta manera, Cuello quedó aún más comprometido en la causa, luego de que ayer el juez de Garantías 1 de Junín, José Raúl Lucchini, le dictara la prisión preventiva.

El instructor de la causa recordó que ese Fiat Palio Weekend rojo perteneciente a los padres de quien era la actual pareja del detenido, la docente María Inés Márquez, fue “el vehículo utilizado por Cuello para llevar a Tomás al lugar donde fue cometido el hecho”.

Ochoaizpuro recordó que en ese auto “los testigos refirieron haber visto a Cuello dirigirse a la escuela”, desde donde, según la investigación, el acusado capturó al niño para llevarlo al campo donde fue asesinado.

En la causa también consta que al devolver ese vehículo a sus suegros, Cuello limpió con una remera el asiento del acompañante -donde ahora las pericias comprobaron que estuvo Tomás-, con la intención de borrar evidencias o despistar a los perros.

El fiscal informó que más allá de que en los próximos días pedirá “alguna pericia más para terminar con la etapa de colección de pruebas”, su idea es “poder formular el requerimiento de elevación a juicio en el menor tiempo posible”.

Además, dijo que estar convencido de “la participación del imputado Cuello fue en forma personal y sin la ayuda de terceras personas”.

También se refirió el fiscal a la situación de la docente Márquez, sobre quien la defensa del albañil pidió procesarla por falso testimonio por no haber declarado desde un principio que era mentira que ella acompañó a Cuello a ver a un amigo el día y a la hora del crimen, como lo había declarado el imputado.

“No hay elementos en la causa para suponer que había un falso testimonio o que primero dijo una cosa y después dijo otra. En realidad la primera declaración fue algo genérica y sin especificaciones contextuales que tengan que ver con sostener la coartada de Cuello”, aclaró el fiscal.

Por último, Ochoaizpuro contó que los peritajes psicológicos y psiquiátricos que se están realizando sobre Cuello “están arrojando resultados preliminares” y que la psicóloga que lo entrevistó “manifiesta que tiene una psicopatía”.

Ayer, el juez Lucchini, a pedido del fiscal Ochoaizpuro y sin que estuvieran incorporadas aún estas pericias de ADN, dictó la prisión preventiva de Cuello como autor del “homicidio agravado por ensañamiento y alevosía” de su ex hijastro.

El magistrado dispuso además una inhibición general de todos sus bienes y consideró que Cuello “no se contentó sólo con matar” sino que buscó provocar al niño un “sufrimiento innecesario”.

Tomás fue visto con vida por última vez el 15 de noviembre, alrededor de las 12.15, cuando salió de la escuela rumbo a su casa, pero, como nunca llegó, su madre realizó la denuncia.

Luego de dos días de búsqueda, el niño fue hallado asesinado a golpes de pala en el predio rural “La Vieja”, en las afueras de la ciudad.

Avalando la investigación del fiscal, el juez dio por probado que Cuello capturó al chico de la escuela y lo asesinó para vengarse de su ex pareja y madre del niño, Leonor Santillán, con quien tiene un bebé, y que lo había dejado, entre otros motivos, porque él maltrataba a Tomás.