Elena Otero: “Aprende quien enseña y enseña quien aprende”

Desde el año 1969 es Directora del ENSPA.

Cuando Elena Otero cita esa frase popular, parece que resume en ella toda su vida emparentada con la docencia. Es que a lo largo de su vasta carrera enseñó a tantos alumnos y en muchos casos, años más tarde, tuvo la grata sorpresa de poder “aprender” junto a ellos teniéndolos como colegas.

“Estoy en la escuela desde 1957, en realidad, como maestra, hasta el año 1969. Como maestra titular estuve 9 años, y en ese año (1969) pasé a ser Directora Titular (Regente se denominaba en esa época). Este año, el 1ro. de septiembre cumplo 42 años como Directora de Primaria”, cuenta orgullosa Otero, en la intimidad de su despacho -todavía se anuncia como Regencia-, que a esta altura le es tan propio como el living de su casa.

La historia de tantos alumnos que se formaron -y se forman- como maestros en la Escuela Normal superior “Próspero G. Alemandri” no parece ser casual, cuando uno se entera que tanto Elena como su hermana Marta -Vice Directora en la E. P. Nº 68- están en la escuela desde primer grado. “Yo hice toda la escuela primaria y la secundaria y me quedé aquí ya como maestra. Porque había sido medalla de oro de mi promoción. Y entonces el Sr. Bertani me colocó en una suplencia, después en otra, y después en otra; y ya nunca más fui a ninguna otra escuela. Tengo más años aquí, que en mi domicilio de casada”, reconoció sonriente, la responsable del tradicional establecimiento educativo de Avellaneda.

Fue precisamente el Profesor Luis M. Bertani el Director que con su compromiso con la educación en general y con el ENSPA, en particular, marcó la adolescencia de Otero y de tantos otros jóvenes que se formaron en la docencia.

Y en ese sentido, la profunda vocación de Elena Otero es una de esas cosas que permanece vigente. “Aún con cierta edad, uno sigue con los mismos deseos de trabajar. Este lugar lo tomo como propio y por otra parte es la vocación de mi vida. La educación fue lo que elegí como vocación. En esto ayuda muchísimo el acompañamiento de toda la gente que me rodea. Nosotros formamos un equipo importante, con gente muy joven y con gente de mi edad. Parece increíble pero hay igual una muy buena alquimia”, destacó la directiva.

“Siento profunda admiración por la gente joven”, prosiguió Otero. “He visto el esfuerzo con el que me apoyan, sus ganas. Hay cosas que sin ellos no se podrían hacer. Yo dicto prácticas de la enseñanza y siempre les digo a los futuros docentes que en realidad esta no es una carrera para enriquecerse. Es una carrera para ser feliz, concretando la vocación”, aseguró.

A la hora de repasar los éxitos de su extensa y gratificante gestión, surge en el relato de Otero una palabra recurrente: proyecto. Sin dudas, su labor como Directora del establecimiento se ha caracterizado por concretar proyectos. “Uno tiene un proyecto de vida, como lo tiene en el hogar. A veces se te puede concretar. Otras veces la vida, por cosas que no son propias de uno, no te permite concretar todo. En este caso, yo creo que he sido una de las elegidas para poder concretar todo lo que había soñado como maestra. Y me llevó mucho tiempo poder hacerlo. Muchísimo tiempo, mucha paciencia. Porque he pasado todas las instancias políticas del país. Que no han sido fáciles”, remarcó la docente.

Otero afirmó que “poder tener una escuela de puertas abiertas, libre, donde participe la comunidad”, le costó muchísimo. “Ya en plena democracia, en 1988, un Director de Nivel Superior, el Profesor Ovide Menin, que hoy mismo es una persona muy prestigiosa en Educación, hizo que tres Normales pudiéramos ser escuelas bilingües, como el Lenguas Vivas de Capital. El Normal de Azul, El Normal 3 de La Plata y el Normal de Avellaneda. Y el inglés se aplicó a partir de 1989, con un apoyo de la comunidad impresionante”, recordó, emocionada Otero.
“Cuando subía al primer piso a dar clases a primer año, y veía crecer las aulas de inglés ladrillo a ladrillo, me producía una emoción enorme. Fue una experiencia inédita para mí”, añadió.

En 1994, la escuela pasó a pertenecer a la provincia de Buenos Aires. “Ahí defendimos lo que era una escuela bilingüe y el Profesor (Mario) Carpinetti, que en ese momento era el Presidente del Consejo de Educación de la Provincia, nos ayudó muchísimo y las distintas autoridades que vinieron, acompañaron al ver el entusiasmo que tenían la comunidad y los maestros, para que este proyecto continuara como hasta ahora. Hoy, el segundo idioma, ya es una necesidad. No es un lujo”, destacó la autoridad.

La escuela, nuestra segunda casa

Sobre los rasgos que definen la enseñanza en el ENSPA y la EP Nº 68, Otero mencionó que la institución promueve “un proyecto educativo institucional donde la comunicación y la convivencia son el eje. Sin diálogo y sin convivencia es muy difícil llevar adelante una escuela”.

En ese aspecto, Otero afirmó que “lo que no puede dejar de lado la escuela y la educación son los valores, porque son inalterables. Los cambios, por supuesto que tienen que existir. Pero el respeto, la convivencia, la lealtad, el bien común… Conforman una tabla de valores que no cambia en la vida”, dijo, contundente.

Para llevar a cabo los proyectos y defender las buenas ideas, Elena destacó como una de las claves al trabajo en equipo. “La cantidad de años y la experiencia juegan a favor mío. Tengo muchos años de trabajo en la escuela, años de caminarla. Tanto mi hermana como yo conocemos todos sus espacios. Y ese es otro aspecto importante: tener un equipo que comparta las ideas. Para eso tenés que trabajar en forma colectiva. Aquí trabajamos todos, compartimos los proyectos, nos ayudamos. Por eso se pueden realizar proyectos de una envergadura tal que en una escuela estatal, en un momento donde la educación está desvalorizada, nosotros tenemos que tratar de que se vuelva a entender que es lo fundamental de una sociedad”.

Fan número uno de las actividades que se desarrollan en la escuela y de los actores que las ejecutan, a Elena Otero no le alcanzan cinco recreos largos para explicar la alegría y la satisfacción que le produce ver sus sueños hechos realidad -o mejor dicho, los “proyectos” puestos en marcha- y los logros conseguidos por su comunidad educativa.

El primer pizarrón digital, los dos viajes a París por ser ganadores del Concurso Proactiva, en el área plástica. El Primer Premio del Concurso “Creando Vínculos”, e Shell Capsa, que permitirá la inminente implementación del gran proyecto de la imprenta ecológica. Una hermosa biblioteca. El laboratorio súper completo. El aula de informática. El cañón, la pantalla gigante y la netbook. El observatorio astronómico. El coro de “voces blancas”. El sueño de la Radio propia. Y la lista es interminable…

“Tratamos de tener todo, no por el renombre de la escuela sino porque sentimos la obligación frente a los alumnos. La misma obligación que pueden sentir los padres con sus hijos”, reflexiona Otero.

“Casi todos los docentes fueron alumnos de la escuela y eso hace que tengan tanto compromiso, por el hecho de que crecieron acá y adoptaron el lugar como propio”, agregó Elena, quien comparte con su hermana su vida y su vocación. “Marta es mi compañera de toda la vida. Nosotras fuimos educadas en un hogar sencillo, pero donde el amor que mi mamá generó hizo que fuéramos muy unidas, siempre. Ella tiene el proyecto de la radio, que se pudo concretar este año. Es un proyecto de una envergadura importante, porque queremos que después salga al aire”, remarcó entusiasmada, la Directora Otero.

“Queremos que la radio también sirva como educadora. En el recreo largo, a los chicos les ponemos música. Y la música, al igual que la plástica y el arte en general enriquece su espíritu… Dicen que aprende quien enseña y enseña quien aprende”, concluyó.

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