El sueño de volar, de Icaro al Airbus380

Escribe: Ingeniero Fabián H. Montefinal.

Desde sus orígenes, las aves fueron fuente de admiración e inspiración del humano y las ganas de volar siempre estuvieron presentes.

En la antigüedad, los sabios profesaban que para poder volar era necesario que el hombre pudiera imitar el movimiento de alas impreso por las aves. Recuerden la leyenda de Ícaro, quien muere cuando el sol derrite la cera con la que había pegado las alas hechas de plumas a su cuerpo.

En el siglo V se inventó el primer aparato capaz de volar: el barrilete o cometa. No supuso un gran avance, pero se convirtió en un símbolo de la ciencia cada vez que se nombran a Benjamín Franklin.

Recién en el Siglo XIII, el monje inglés Roger Bacon, quien era alquimista, descubrió que el aire era un fluido capaz de soportar una máquina, tal como el agua lo hacía con los barcos.

Un siglo después, Leonardo Da Vinci realizó sus diseños que terminaron por ser la base para el desarrollo de la hélice, el planeador, el helicóptero y el paracaídas.

Los deseos de volar parecían imposibles, hasta que en el siglo XIX, el ingeniero George Caley logró hacer volar a humanos usando cometas y planeadores. Aún hoy, se lo considera el padre de la aviación en Inglaterra.

Por 1840 John Stringfellow y William Samuel Henson pretendieron realizar el primer vuelo comercial de transporte de pasajeros, pero recién se logró en 1893 gracias a Lawrence Hargrave.

Sin dudas, la fecha clave en la historia de la aviación moderna es el 17 de diciembre de 1903, cuando los hermanos Wright lograron en EE.UU. volar con una aeronave propulsada a motor y más pesada que el aire.

Poco tiempo después, el piloto brasileño Alberto Santos Dumont, pionero de la aviación sudamericana, voló 220 metros en 22,5 segundos, a una velocidad de 36 kilómetros por hora.

El poder desplazarse por el aire a velocidades superiores a las que se podían desarrollar por tierra o agua, también significó un cambio en la metodología de la guerra.

La primera presencia militar masiva de los aviones biplanos fue en la Primera Guerra Mundial. Los aviones fueron evolucionando y se fueron fabricando masivamente, tanto para bombardeos como para hacer vuelos de reconocimiento.

En la década del ‘30, los pasajeros empezaban a cambiar sus largas travesías en tren por viajes más cortos a bordo de los aviones, equipados con motores a hélice. Ya en ese momento, la Boeing empezaba su carrera como proveedora de aviones comerciales.

En la Segunda Guerra Mundial, los aviones ya alcanzaban velocidades cercanas a los 500 kilómetros por hora y la capacidad de sus pilotos definía una batalla.

En ese momento, aparecieron las “fortalezas volantes”: enormes aviones con 4 motores y capacidad para volar grandes distancias transportando varias toneladas de carga.

Hacia finales de la guerra, de la mano de los ingenieros alemanes, aparece el Me262, el primer avión con motor a reacción, que reemplazaba la propulsión de hélices por un nuevo concepto de propulsión “a chorro” de aire (como se la denominaba en aquella época) que alcazaba los 800 kilómetros por hora.

El gran cambio tecnológico surgió con la incorporación de la microelectrónica, las computadoras y de los nuevos materiales para la construcción de los fuselajes y cabinas, y especialmente los motores que cada vez brindan mayor potencia con menor consumo de combustible y menor ruido.

Los aviones actuales vuelan a velocidades crucero cercanas a los 900 kilómetros por hora, pero transportando cientos de pasajeros, junto con su equipaje.

Un Boeing 747, el renombrado Jumbo, puede despegar con más de 400 pasajeros y un peso máximo de 333.400 kilogramos, mientras que el nuevo Airbus 380, el doble piso fabricado por el consorcio europeo, puede transportar un máximo de 853 pasajeros.
En poco más de 100 años, desde el vuelo inicial de los hermanos Wright, la aeronáutica se ha desarrollado de una manera sorprendente, convirtiéndose en el medio de transporte más seguro.

El mundo actual quedó unido por una red de tráfico aéreo en la que millones de pasajeros vuelan diariamente en miles de aviones hacia destinos diferentes para hacer negocios, visitar familiares o, simplemente, por placer.

Ingeniero Fabián H. Montefinal
Gerente General
Excelan Automación S.A.
fmontefinal@excelanautomacion.com.ar
www.excelanautomacion.com.ar

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