El Silablado llegó a Avellaneda  

Por Pablo Hernán Cueto.

El Silablado es un método de enseñanza de la lectura, natural y temprano, diseñado para ser empleado con niños de edad preescolar creado por Pablo Hernán Cueto. Con el Silablado los niños juegan a leer y aprenden a leer jugando.

 

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La fase 1 siempre ocurre en el laboratorio, en el “tubo de ensayo”. A veces se busca con urgencia una  vacuna y, a veces, un hecho fortuito genera un descubrimiento. En 1928 Alexander Fleming encontró en su  laboratorio unas cajas de Petri –en las que cultivaba la bacteria Staphylococcus aureus–, contaminadas con un hongo. Observó que alrededor de este hongo no crecían las bacterias y decidió estudiarlo para ver qué  sustancia inhibía el crecimiento de las bacterias. El hongo resultó ser el Penicillium notatum y a la sustancia que aisló la llamó penicilina. En 1929 publicó su descubrimiento y terminó la fase 1. La fase 2 ocurrió en 1943 –durante la Segunda Guerra Mundial–, cuando se hicieron los primeros estudios clínicos. La fase 3 fue en 1944, cuando se utilizó la penicilina a gran escala con los soldados heridos durante el desembarco en Normandía. En 1948 hay una fase 4 con la producción en masa de la penicilina. Algo similar está sucediendo con el Silablado y el “desembarco” en Avellaneda puede ser el inicio de la fase 3.

 

Fase 1: El descubrimiento

Como con la penicilina, hubo un hecho fortuito que despertó mi curiosidad. En 2004 le mostraba a mi  hijo de cuatro años una historieta de Asterix. Yo le leía los clásicos “globitos” –que hay en los cuadros de historietas para representar lo que sus personajes dicen– y observaba de reojo que mi hijo pasaba rápido con su vista por todos los cuadritos antes de que yo pudiera leerlos. No esperaba a que terminara de leer los “globitos” de un cuadro para pasar al siguiente (como hacemos los que leemos historietas). Mientras le leía los primeros “globitos” de una página, él ya había terminado de mirar todos los cuadritos de las dos páginas abiertas. En un momento, di vuelta la página y comencé a leer la esquina superior izquierda de la primera página. Mientras leía escuché que mi hijo me preguntaba: “¿Qué dice acá?” De reojo vi que se trataba de uno de los últimos cuadritos –esos que están en la parte inferior derecha de la segunda página– y se despertó mi curiosidad científica. ¿Por qué este “globito” en particular le llamó tanto la atención? ¿Por qué no me había hecho esa misma pregunta antes? Con esta inquietud en mi mente giré mi cabeza y me encontré con un gran JAJAJAJA en el globito del personaje que se estaba riendo. De inmediato me vinieron a la mente los trabajos de Petitto (1)  (que muestran al balbuceo universal como precursor de cualquier lenguaje) y me pregunté si no estaría frente a un “balbuceo lector”. Para probarlo comencé a realizar una serie de láminas con secuencias de sílabas repetitivas, para enseñarle a leer a mi hijo con un balbuceo lector o silableo. En el diseño de estas láminas también tuve en cuenta las recomendaciones de Renée Baillargeon  (2) para la enseñanza temprana. Un balbuceo lector hecho con sílabas escritas que imita el aprendizaje del lenguaje hablado. La conjunción de estas tres palabras da el nombre Silablado.

Revisé toda la bibliografía existente para saber si había algo parecido y encontré un trabajo (3)   donde la autora contaba sus experiencias en la enseñanza temprana de la lectura como si fuera un lenguaje. ¡A partir del primer año de edad! Observó la atracción de los niños por las repeticiones en los escritos pero no lo conectó con el balbuceo, lo presentó como una curiosidad. Este fue mi descubrimiento, decidí publicar el Silablado (4) en el 2006 y di por terminada la fase 1.

 

Fase 2: Difusión y evaluación docente

Doné 100 ejemplares del libro a la Biblioteca Nacional de Maestros para que se distribuyeran en todo el país y ahí lo encontró Ananda. En 2007 y 2009 presenté el Silablado en dos congresos pedagógicos (5) para que las docentes del nivel inicial evaluaran el método desde el punto de vista teórico, curricular, práctico y didáctico. La prueba se realizó en más de 70 jardines de infantes con más de mil niños de todas las salas. (6) Las docentes informaron que niños de cinco años salían contentos diciendo, “ya sabemos leer”, niños con un hablar “bebificado” mejoraron su habla y niños de 11 meses se mostraron interesados en silablar las láminas.

Pero a pesar del éxito de esta experiencia y la aprobación de las docentes, no se avanzó más. En 2008 se realiza una última exposición pública en Merlo (7) . Las próximas protagonistas serían las madres, que comenzaron a comprar el libro “Silablado” (8) y en el 2018 publiqué un libro complementario dedicado a ellas titulado “Jugando a leer” (9) para que los niños aprendan a leer jugando en el hogar y las madres sepan cómo hacer las láminas y jugar con estas. Así di por terminada la fase 2.

 

Fase 3: Un jardín de infantes en Avellaneda

En la fase 3 se hará una experiencia longitudinal en un jardín de infantes, donde se aplicará el Silablado en todas sus salas durante un período de 5 años (si tiene sala maternal) o por un período menor si comienzan a otra edad (por ejemplo, 3 años). La idea es que los niños se expongan al lenguaje escrito desde que comienzan a hablar, en una forma natural y con un balbuceo lector que complemente al balbuceo natural que tienen los niños al comienzo del habla. Esto hará que los niños adopten el lenguaje escrito como si fuera otro lenguaje materno que les sea después más difícil de abandonar. La lectura temprana será una herramienta novedosa para combatir el fracaso escolar. Para realizar esta experiencia, se hará una capacitación total y permanente a las docentes, en donde no sólo se les explicará el Silablado, también se las capacitará con el nuevo paradigma postpiagetiano que se conoce como Nueva Ciencia Cognitiva.

Para postularse y concretar esta experiencia en Avellaneda, comunicarse con Ananda G. Legarra (griseleditora@gmail.com IG: @editoraycorrectora).

Para conocer más sobre el método Silablado seguir la cuenta de Instagram @silablado.jugar.aprender.leer y visitar la página www.silablado.com.ar Para comunicarse con el autor del Silablado escribir a silablado@gmail.com XI Encuentro Pedagógico (2009), “Silablando en las salas del jardín”, organizado por el CAMyP, CABA.

 

1 Laura-Ann Petitto (2001), “Lanuage rhythms in baby hand movements”, Nature, 413: 35-36

Siobhan Holowka y Laura-Ann Petitto (2002), “Left Hemisphere cerebral specialization for babies while babbling”, Science, 297: 1.515

2 En esa época, la investigadora me envió un manuscrito en preparación con ideas que publicaría dos años después.

Su-hua Wang y Renée´Baillargeon (2008), “Can infants be ‘taught’ to attend to a new physical variable in an event category? The case of height in covering events”, Cognitive Psychology, 56: 284–326

3 Söderbergh Ragnhild (2000), “Reading and Writing as Language Acquisition from the First Year of Life”, Research Symposium on High Standards in Reading for students from diverse language groups: Research, Practice & Policy, April 19-20, Washington,

DC, Proceedings, págs. 59-77.

4 Cueto, Pablo Hernán. “Silablado”, Editorial Dunken, Buenos Aires. (2006).

5 Primer Encuentro Pedagógico (2007): “Jugando a leer”, organizado por el CAMyP, CABA.

6 http://www.silablado.com.ar/experiencia-docente.html

7 Exposición “Silablado” Un método de enseñanza de la lectoescritura para niños de edad preescolar. V Jornada Regional de Bibliotecarios Escolares “Los primeros pasos”, organizada por la Asociación de Bibliotecarios Escolares de Merlo, Colegio Sagrado Corazón de Jesús, Merlo, 27 de junio de 2008.

8 Cueto, Pablo Hernán. “Silablado”, Editorial Dunken, Buenos Aires. (2006).

9 Cueto, Pablo Hernán. “Jugando a leer”. Editorial Dunken, Buenos Aires. (2018).

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