El Senado de Estados Unidos rechazó la propuesta demócrata sobre la deuda

El Senado estadounidense rechazó votar el plan sobre la deuda impulsado por el líder del bloque demócrata, Harry Reid, mientras los plazos se ajustan y se acerca la fecha límite para evitar el default.

Con 50 votos a favor y 49 en contra, Reid no logró la mayoría de 60 votos necesarios para dar luz verde a la votación de su plan que busca elevar el techo de la deuda, propuesta ya rechazada ayer en el pleno de la Cámara de Representantes.

El 2 de agosto se agotará el plazo para cumplir con este procedimiento, que de no concluir en un acuerdo, puede llevar a la primera economía del mundo a una cesación de pagos.

De acuerdo con la prensa, sin embargo, la propuesta de Reid contempla aún la posibilidad de que los demócratas y el presidente, Barack Obama, accedan a compensar cualquier aumento del techo de la deuda con recortes en los gastos, tal como lo piden los republicanos, como condición para avanzar en las negociaciones.

La votación, de acuerdo a estas versiones de prensa, constituyó un mero procedimiento legislativo que no valora aún el fondo del plan del líder demócrata y que queda en un segundo plano frente a un eventual acuerdo que está tomando forma en las fervientes negociaciones contrarreloj y a puerta cerrada entre el Congreso y la Casa Blanca.

Hoy temprano, previo al rechazo de los senadores, el jefe de la minoría republicana en el Senado estadounidense, Mitch McConnell, dijo a la cadena CNN que el Congreso se encuentra “muy cerca” de lograr un acuerdo y evitar que Estados Unidos entre en cesación de pagos.

“Estamos muy cerca de un acuerdo”, señaló el senador, subrayando que pensaba convencer a sus compañeros del Senado para que adhirieran a este plan.

El propio líder del bloque demócrata, había asegurado estar “cautelosamente optimista” ante los avances del eventual acuerdo que -según advirtió- aún contiene “cuestiones por resolver”.

Una atmósfera de optimismo se había respirado desde hoy temprano en los pasillos del Capitolio, luego de una frenética jornada de ayer, repleta de giros imprevistos, con idas y vueltas en relación a la posibilidad de alcanzar un acuerdo para concluir la crisis.

La Casa Blanca advirtió que aún quedan “importantes asuntos por trabajar”, según la cadena estadounidense CNN.

Los republicanos, a través de McConnell, confirmaron los rumores de que habían logrado un “principio de acuerdo” con la Casa Blanca, tras una intensa pulseada a puertas cerradas realizada ayer.

“Estamos muy cerca. Ayer tuvimos un muy buen día, e hicimos avances drásticos”, señaló el líder republicano y se mostró confiado en que el acuerdo -pese a todo- se concretará “pronto”.

Adelantó que el plan proyecta una reducción del déficit de 3 billones de dólares en los próximos 10 años y que no contará con “ningún aumento de impuestos”.

La noticia sobre el principio de acuerdo llegó poco después de que Reid -a petición de funcionarios de la Casa Blanca- retrasara, como gesto de buena voluntad hacia los Republicanos, la votación en la Cámara Alta -prevista inicialmente para la 01.00 local (02.00 de Argentina y realizada finalmente cerca de las 14;30 de Argentina, según informan medios estadounidenses.

En un fin de semana clave para evitar que el Tesoro de Estados Unidos declare el martes el cese de pagos, la Casa Blanca y el Capitolio continuaron ayer sábado sus negociaciones, con el propio presidente, Barack Obama, involucrado en conversaciones con demócratas y republicanos.

Desde hoy temprano, tomó fuerza la versión de que los miembros del grupo de negociación del Congreso habían alcanzado un acuerdo preliminar para incrementar el límite de deuda hasta los 2,4 billones de dólares, que incluye un recorte de gasto público de más de un billón de dólares en los próximos 10 años.

De concretarse finalmente, el acuerdo permitirá al presidente, Barack Obama, elevar el techo de deuda hasta la cantidad estipulada en dos fases, la primera ahora y la segunda a finales de año, según informó la agencia de noticias Europa Press.

Cada incremento estaría sujeto a una resolución aprobatoria del Congreso y si el Legislativo decidiera en contra de la subida, el presidente podrá hacer uso de su capacidad de veto para anular la desaprobación del Congreso.

En este escenario, Obama podrá afrontar las elecciones de 2012 sin necesidad de volver a discutir una posible subida del límite de deuda, un debate que los republicanos esperaban utilizar en contra del presidente estadounidense durante la campaña electoral.

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