Fuimos testigos de inundaciones en nuestro país, primero Bahía Blanca, segundo Zárate, tierra arrasada por el temporal.

Fuimos testigos de la apatía política, de la inoperancia y el desinterés de los funcionarios públicos.

Fuimos testigos de una ciudadanía que se conmovió por las imágenes reflejadas en los medios de comunicación, y no tardó en reaccionar con muestras de solidaridad, con muestras de empatía, realizando todo tipo de acción para asistir a quienes lo perdieron todo.

Pasaron semanas y los servidores públicos, abstraídos de la realidad, se centran en perpetuarse en el poder sin tener en cuenta las necesidades  y los padecimientos de la nación. Se ocupan de elecciones y festejan, mostrándose totalmente desconectados con el dolor y la desgracia de familias que lo perdieron todo.  Nos preguntamos, ¿Está el pueblo para festejar?

Desde las redes sociales no se gestiona, desde las redes sociales, no se solucionan los problemas de la ciudadanía, hay que bajar a la realidad, caminar la calle, meterse en el barro, extender la mano a quienes lo necesitan, la figura del estado presente vuelve a tener preponderancia, se resignifica, y toma valor.

Esperemos que quienes gobiernan abandonen el egoísmo, el narcisismo, y se ubiquen en el rol que la ciudadanía les asigno temporalmente, el rol de servidores públicos.

Leandro Martínez Profesor en Ciencias Políticas