El Parlamento griego aprobó el paquete de ajuste

El Parlamento avaló el paquete de ajuste propuesto por el gobierno para que el país continúe recibiendo ayuda económica por parte de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, mientras una multitud manifestaba su rotundo rechazo al plan en medio de una batalla campal.

El plan de ajuste fue aprobado con 155 votos favorables, 138 rechazos y 5 abstenciones, y de este modo el país helénico logrará desbloquear el siguiente tramo de ayudas financieras en el marco del plan de rescate que le evitará declararse en suspensión de pagos.

Tras la aprobación, el primer ministro, Yorgos Papandreu, resolvió la expulsión del oficialista partido PASOK del diputado Panayiotis Kouroumplis, quien votó contra el plan.

En los alrededores del Parlamento, en tanto, el rotundo rechazo ciudadano a la medida se plasmó -como en días anteriores- en violentos enfrentamientos con la policía, y en medio de la segunda jornada de un paro general de 48 horas que -convocado contra la medida-, mantiene prácticamente paralizdo el país.

En los alrededores de la céntrica Plaza Syntagma, grupos de enfervorizados manifestantes levantaron barricadas en varias vías de acceso, mientras en otros sectores centenares de jóvenes combatían con piedras y palos a la policía antidisturbios.

Un grupo de manifestantes provistos de escaleras consiguió irrumpir en la primera planta de un edificio del Eurobank, en la plaza de Atenas, epicentro de las protestas e intentaron prenderle fuego, informaron testigos citados por Europa Press.

La policía griega reprimió con gases lacrimógenos a los manifestantes que intentaron impedir la votación concentrados en la plaza Syntagma, frente al Parlamento.

Previo a la votación y ante el Parlamento, Papandreu dijo que “es el momento de poner en orden la casa (…), si el país cae en bancarrota los hospitales dejarán de operar, se cerrarán las escuelas y las pensiones y los salarios de los funcionarios dejarán de pagarse”.

“Tenemos que ganar tiempo para que nuestro país no se convierta, paso a paso, en un protectorado”, afirmó por su parte el nuevo ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos.

A pesar de que el PASOK contaba con una escasa, aunque suficiente, mayoría en la cámara, la negativa de la oposición a sumarse al plan y la creciente presión de la opinión pública del país, hacían temer por la capacidad del Ejecutivo heleno de sacar adelante la propuesta.

Sin embargo, cuando se cumplía prácticamente media hora del comienzo de la votación, prevista inicialmente para las 12 (7 de Argentina) y que fue retrasada en dos ocasiones, hasta comenzar a las 15.45 horas (10.45 de Argentina), el proyecto de ajustes recibía ya el respaldo de los 151 diputados necesarios para sacarlo adelante.

Este nuevo paquete de medidas de austeridad contempla nuevos recortes en el gasto público y subas de impuestos, con los que Atenas pretende mejorar en más de 28.000 millones la recaudación hasta 2015.

Ese incremento de recaudación alcanzaría los 78.000 millones al sumar los ingresos previstos por el agresivo programa de privatizaciones anunciado, que ronda los 50.000 millones.

En concreto, el Ejecutivo griego pretende obtener 15.000 millones de euros mediante la privatización de empresas públicas en los dos próximos años, cifra que se incrementaría en 35.000 millones adicionales con nuevas privatizaciones hasta 2015.

Así, pretende vender participaciones en las compañías estatales de telefonía, juegos de azar, gestión aeroportuaria y electricidad.

En este sentido, el diario griego To Vima señala que la aplicación de este nuevo plan de austeridad puede suponer para los hogares griegos una carga adicional de 2.795 euros anuales, equivalente a los ingresos mensuales de una familia media en Grecia.

Esto podría amenazar la recuperación de la economía del país, que lleva tres años en recesión y que se espera que su PIB en 2011 retroceda otro 3,8%, mientras su deuda pública, la más alta de la UE, alcanzará un récord del 166% en 2012.

La aprobación de este nuevo plan de ajuste había sido la condición impuesta por la troika para desbloquear la ayuda de emergencia de 12.000 millones de euros que Atenas necesita para no suspender pagos en verano.

Además, los líderes europeos habían prometido un nuevo rescate de 100.000 millones de euros para hacer frente a las necesidades de financiación del país hasta 2014, si los griegos daban su visto bueno al programa.

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