El libro digital, la nueva forma de leer

Escribe: Ingeniero Fabián H. Montefinal.

El libro, la lectura y la industria editorial están experimentando cambios motivados por el progreso tecnológico.

Los contenidos se han independizado del soporte y, en consecuencia, la industria editorial necesitó modificar su antigua estructura de funcionamiento, basada en la edición, impresión y distribución física, hacia una más moderna basada en la impresión digital, las librerías virtuales y la distribución a través de internet.

Los pasos que realizan los editores de contenidos digitales son los mismos que realizan los editores de contenidos en papel, pero lo que cambia son los medios con los que debe operar.

Por una parte, la digitalización y virtualización de los libros aumentaron las posibilidades de producción, ya que basta con armar el original, generar el archivo correspondiente en alguno de los formatos aceptados (por ejemplo, PDF), replicarlo y distribuirlo usando tecnología informática, lo que mejora su difusión y permite el acceso a mayor cantidad de lectores, eliminando las barreras geográficas y físicas. A un libro editado de esta forma se lo denomina denominado “libro electrónico” o “libro digital”.

Para su lectura podían ser utilizados distintos dispositivos: una PC, una notebook o un teléfono celular inteligente. En general, cualquier dispositivo que posea una pantalla para mostrar el libro y una memoria donde almacenarlo en un formato válido, se lo podía utilizar como lector.

Sin embargo, hace unos años comenzaron a aparecer dispositivos cuya función es la de reproducir libros electrónicos. Su característica principal es su diseño que permite imitar al libro de papel tradicional. De esta forma se consiguió tener movilidad y autonomía en un dispositivo con una pantalla de dimensiones aptas para mostrar documentos de tamaño estándar (A4 o carta) y alto nivel de contraste incluso a plena luz del día.

Los primeros dispositivos de este tipo venían equipados con pantallas LCD, con un grado luminosidad que no siempre era aceptado por el lector acostumbrado a leer sobre el papel.

Para subsanar este inconveniente, en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, se crea la tinta electrónica, o E-Ink, que brinda una imagen similar a la del papel, debido a la ausencia de iluminación propia y alto contraste obtenido, y agrega un bajo consumo ya que necesita energía sólo en los cambios de página.

El desarrollo de esta tinta se debe a razones ecologistas, al ser la prensa el mayor consumidor de papel para editar diarios que tienen un periodo de vida de 24 horas, el cambio a diarios digitales permitiría ahorrar cientos de toneladas diarias de papel.

Como todo cambio, el libro electrónico posee tanto ventajas como desventajas.
La ubicuidad, o posibilidad de usarlo en cualquier lugar donde uno esté, es similar a la del libro impreso pero en un único lector, el usuario puede llevar consigo varios libros electrónicos a la vez.

En las últimas versiones disponibles, la ausencia de retro alimentación en los dispositivos que usan tinta electrónica, permite al lector prolongar la lectura durante horas sin cansancio alguno para la vista.

Las desventajas iniciales de los lectores para libros electrónicos eran, como casi siempre pasa con las innovaciones y cambios tecnológicos, los precios. Recién en este último año, los precios bajaron lo suficiente debido a la competencia y al mercado potencial que los usará.

Estas ventajas y desventajas generaron, y siguen generando, un debate público impulsado por la visión positiva que los nativos digitales tienen del libro digital y la de los lectores tradicionales que argumentan la falta de aquellos estímulos sensoriales que dan el papel y la tinta.

En este debate caben tanto argumentos a favor como en contra del libro digital.
La reducción del consumo de papel hará que disminuya la devastación indiscriminada a la que están sometidos los bosques. Pero, si los bosques y plantaciones fueran bien gestionados, estaríamos en presencia de un recurso renovable.

El uso de la tecnología de libros electrónicos permite el enriquecimiento de los textos a través de enlaces con otras fuentes de información. Pero, en corto plazo, los lectores de libros digitales se convertirán en un desecho electrónico para deponer o incinerar.

El libro electrónico hará que el dar vuelta una la hoja con el dedo pase a la historia. En los nuevos dispositivos, unos simples botones de avance y retroceso, o un movimiento con los dedos sobre la pantalla táctil serán sus sustitutos en la nueva era.

El libro digital puede reemplazar la forma de presentar los contenidos. Pero lo que no puede reemplazar es la sensación de tocar la hoja de papel y el olor de la tinta recién impresa. Sensaciones que conectan al lector con su libro. Aunque no se puede asegurar que en el futuro no lo hagan.

Ingeniero Fabián H. Montefinal
Gerente General
Excelan Automación S.A.
fmontefinal@excelanautomacion.com.ar
www.excelanautomacion.com.ar

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