La propuesta de la Liga Árabe, que incluye el retiro de las fuerzas militares de las ciudades y la liberación de todos los opositores detenidos, fue aceptada con ligeras variaciones, informaron fuentes diplomáticas a la agencia de noticias DPA.

La aceptación del acuerdo, no obstante, giró en torno a algunas exigencias del gobierno sirio, entre las que se cuentan el desarme de la oposición, que los estados árabes dejen de financiar a los grupos de manifestantes y que cese lo que la delegación calificó como “campaña mediática” contra Siria.

Aunque aún se desconoce el texto oficial del acuerdo, un portavoz de la Liga Arabe en El Cairo señaló que el mismo prevé que observadores y periodistas internacionales “puedan moverse libremente” en Siria.

Sectores de la oposición, sin embargo, manifestaron sus sospechas de que el gobierno acepta sólo aparentemente la propuesta para ganar tiempo, e insisten en que quieren “conocer los detalles” antes de aceptar e iniciar un proceso de diálogo con el gobierno de Al Assad, según Omar Idlibi, miembro del Consejo Nacional de Transición.

Idlibi aseguró que en el Consejo temen “que este acuerdo sea otro intento de darle a Al Assad otra oportunidad de destruir la revolución y matar a más sirios”.

“Pero las demandas de la gente son claras respecto a derrocar al gobierno y a su incapacidad para dirigir, incluso, un período de transición”, agregó.

También desde la Casa Blanca cayó una fría respuesta al anuncio, cuando el portavoz gubernamental, Jay Carney, señaló que aunque Washington apoya los esfuerzos internacionales hacia Siria, la postura estadounidense “sigue siendo que el presidente Al Assad ha perdido su legitimidad para gobernar y debería dimitir”.

Previamente, el primer ministro de Qatar, Sheikh Hamad bin Jassim al-Thani -quien fue el encargado de leer el comunicado que informó sobre la aceptación Siria- dijo en una rueda de prensa que en la Liga estaba “muy contenta de haber alcanzado este acuerdo” y que “será aún más feliz cuando se aplique”.

Al-Thani precisó que la Liga Arabe seguirá los contactos entre el Gobierno sirio y la oposición “en preparación para un diálogo nacional en dos semanas”.

La ONU dice que más de 3.000 personas, en su mayoría civiles desarmados, murieron por la represión lanzada por el gobierno desde el inicio de las protestas contra Al Assad, a mediados de marzo.

El gobierno sirio dice que la revuelta es en gran medida una conspiración de países de Occidente y de la región hostiles a Siria y que es instrumentada por fanáticos religiosos.

Hasta ahora, el gobierno prohibió la actividad de la mayor parte de los medios extranjeros e impuso serias restricciones a la cobertura de los medios sirios.

La firma del acuerdo se conoce el mismo día que activistas opositores reportaron que dos violentos ataques del ejército sirio mataron al menos a 20 personas en las últimas 24 horas en la provincia central de Homs.

Disparos de ametralladoras y explosiones sacudieron hoy esta provincia siria corazón de la protesta y que sufrió el mayor peso de la brutal represión contra disidentes desde el inicio de la revuelta en marzo.

Grupos activistas denunciaron asimismo que en la ciudad de Kafr Laha, diez trabajadores de una pequeña fábrica perdieron la vida, sin que se conozcan los detalles del suceso.

Paralelamente, en la ciudad de Deir Ezzor, al noreste de Siria, una masiva manifestación respaldó las reformas implementadas por el presidente Al-Assad, y en rechazo a la injerencia extranjera, según reportó Telesur.

Según la cadena venezolana, las personas que marcharon pacíficamente aseguran que no sólo defienden la soberanía de su país, sino que apoyan al Gobierno porque “siempre estuvo de parte de la resistencia en contra de los planes imperialistas y se esfuerza en construir el futuro de Siria”.