El Estado y las políticas de distribución del ingreso

Escribe el Dr. Juan Manuel Casella.

Argentina afronta una situación particularmente grave, que tal vez no valoremos en su justa dimensión: se trata de una sociedad dividida en la que subsiste un núcleo duro de pobreza y marginalidad que afecta al 25 ó 30% de la población. Esa situación no solamente resulta injusta y moralmente reprochable, sino que afecta de manera concreta y directa nuestra calidad de vida porque incentiva un estado de violencia difusa que nos afecta todos los días.

El mercado por sí sólo no resuelve la cuestión de la pobreza sino que tiende a agravar las diferencias. Son las políticas públicas desarrolladas eficazmente desde el Estado (salud, educación, trabajo, políticas impositivas) las que sirven para compensar las desigualdades y crear una situación de equilibro en la que todos nos sintamos protegidos y participando de la riqueza común.

En la práctica, la pobreza no disminuye en la Argentina desde el año 2008. Es cierto que entre el 2003 y el 2008 se produjo una fuerte disminución, pero ese proceso se detuvo en el año 2008. La política de subsidios ejecutada desde el gobierno hoy se ha convertido en una práctica clientelar, que tiende a usarla como cantera electoral. El gobierno nacional y los caudillos urbanos del peronismo se han convencidos de que la pobreza les conviene para retener una porción de voto cautivo.

De esta forma, la Argentina seguirá siendo un país injusto y violento. Terminar con la pobreza a través de políticas serias y sostenidas de inclusión social es un objetivo irrenunciable por parte de cualquier propuesta progresista.

Juan Manuel Casella
estudiocasella@cpacf.org.ar

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