El dolor de la desaprobación

Escribe Claudio Penso.

Me pidió ayuda para articular la transición y que su hijo pudiera dirigir la empresa. Dudaba de su capacidad y temía que no fuera apto. Cuando lo conocí, me sorprendió su excelente manejo de la información, gestionaba con un liderazgo basado en la confianza y el respeto por la autonomía. Rápidamente comprendí las diferencias de estilo. Había que ayudar al padre no al hijo. Al conversar con otros gerentes, algunos me hablaron del hijo preferido. Era el gerente de ventas, un joven empático al que el fundador le daba un trato diferenciado. No era su hijo pero tenía el perfil que él quisiera encontrar en el suyo propio.El triángulo produjo mucho sufrimiento en el heredero. Tuvo el valor de diferenciarse y trabajar para el proyecto. Sin embargo, había un dejo de tristeza en sus ojos. Cuando me despedí, me confesó: haga lo que haga, él jamás estará conforme conmigo.La desaprobación de los padres es una flecha que siempre da en el blanco.


Claudio Penso
Graduado en periodismo. Se especializó en impulsar procesos de cambio y crecimiento en empresas con potencial que vean el crecimiento como desafío. Desde 1987 lideró más de 500 proyectos con una tasa de resultados del 78,5% de resultados por por sobre las expectativas iniciales.
Autor del libro Historias con semillas.
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