El día que Avellaneda sorprendió a la NASA

Las imágenes que todo el Mundo vio por televisión, el día que la misión Apolo 11 llegó a la Luna.

El 4 de octubre de 1957, la URSS lanzó con éxito el  Sputnik 1, el primer satélite artificial que logró ponerse en órbita. Fue el comienzo de la carrera espacial. Cuatro meses después, el 1 de febrero de 1958, Estados Unidos consiguió lanzar su primer satélite, el Explorer 1.

Estados Unidos y Rusia eran las dos grandes potencias de esa época.

En abril de 1960 los soviéticos enviaron a Yuri Gagarin, el primer ser humano en viajar al espacio. 23 días después el yanki Alan Shepard haría lo mismo.

El 16 de julio de 1969 la misión apolo 11 comenzó su viaje a la Luna. La tripulación estaba integrada por Neil Armstrong, Edwin Aldrín y Michael Collins. 102 horas después el modulo lunar alunizó.

Este inédito acontecimiento se transmitió por televisión a todo el Mundo, el mayor reating en la historia de la televisión.

En Argentina era de noche, las calles estaban vacías, todos estaban frente a los televisores. No existía el “cable”, cada televisor necesitaba una antena que se colocaba en el techo o terraza de las casas, era necesario orientarla para poder captar la señal que enviaban los canales.

En Avellaneda, en la zona de Ameghino y Laprida, vivía un vecino apellidado Otero. Se dedicaba a reparar televisores. Otero era conocido por sus inventos caseros, pensados para uso personal.

La noche del alunizaje Otero estaba viendo la transmisión en su televisor, pero además estaba reparando el televisor de un cliente.

Los televisores nacionales eran blanco y negro, tenían una perilla para sintonizar los canales con trece posiciones (trece canales) El que estaba reparando Otero  era importado, contaba con una sintonía “fina” que le permitía acceder a decenas de canales.

En un momento de la transmisión, mientras Collins caminaba por la superficie de la Luna diciendo “Un paso del hombre, un gran salto para la humanidad” a Otero le pareció ver en la pantalla del televisor que estaba arreglando, otro tipo de imágenes pero muy borrosas.

Otero subió a la terraza de su casa, tenía una antena convencional para su televisor, pero estaba utilizando una antena de su invención para el televisor que estaba arreglando. La antena la había construido con el cono de una estufa eléctrica, era algo así como un gran embudo de metal, que en las estufas tenía una resistencia en el centro. Otero le había quitado la resistencia y colocado en su lugar una antena de auto. En los vehículos de esa época las antenas estaban ubicadas en el guardabarros, cercana al parabrisas. Eran telescópicas y era necesario estirarlas para poder escuchar. Otero  direccionó su antena hacia la Luna.

Al volver junto al televisor vio azorado que las imágenes eran distintas, estaban tomadas con otra cámara que exploraba detalles de la superficie lunar.

Con su cámara fotográfica capturó las imágenes que estaba viendo.

Esas fotografías fueron publicadas por la revista “7 Días” y Pipo Mancera le hizo un reportaje en su programa “Sábados Circulares”.

Poco tiempo después representantes de la NASA vinieron a Avellaneda a conversar con Otero y se llevaron las fotos y la antena.

Avellaneda tiene otra anécdota relacionada con ese trascendental acontecimiento. Al tomarse conocimiento del proyecto Apolo XI, Héctor Rodríguez, secretario de Cultura y Relaciones Públicas del Club Atlético Independiente de esa época, propuso nombrar socios honorarios del club a Aldrin con el número 80.399, Armstrong con el 80.400 y Collins con el 80.401. A través de su gestión un banderín de Independiente viajó con ellos a la Luna.

En la actualidad la fecha de ese logro de la ciencia sigue presente, gracias a la genial idea del odontólogo Enrique Febbraro, vecino de Lomas de Zamora, el 20 de julio todos festejamos el “Día del Amigo”.

 

Horacio Gerardi