El aislamiento de los niños

Escribe: Emmanuel Barnes.

En la actualidad existen condiciones sociales que tienen como efecto el aislamiento de los niños. No habla con nadie se oye. Los modos vinculares y los espacios de juegos han cambiado, este pibe no juega. En muchas ocasiones esto produce adversidades para el aprendizaje, síntomas en el cuerpo, poco lazo social. Tampoco están exentos de problemas familiares y las contingencias que de estos devienen. Al niño se le demanda que sea eficaz, que procese rápidamente los cambios, se lo estimula al consumo de objetos y televisión, con lo cual, poco a poco la infancia pierde sus espacios de juego que preparan al niño y le brindan las herramientas para afrontar nuevas etapas.

Ante esto, el espacio de tratamiento clínico se orienta a una escucha capaz de pensar en las causas del padecimiento infantil y en la construcción de una posición diferente ante el padecimiento. El beneficio de este tratamiento es contrario al farmacológico que niega la posibilidad de pensar en las causas y descree de las herramientas a construir de cada sujeto. El niño es un artesano y a modo de obrero construye un mundo más habitable. Esto es lo que hay que favorecer por las vías del juego y la palabra.

«No tengo tiempo», «no puedo hacer lo que me gustaría». Esas son frases cotidianas a las cuales nos acostumbramos los adultos. Pero también la depresión, la angustia, la carencia en el lazo con lo los otros, los síntomas continuos en el cuerpo, son la moneda corriente del malestar en la sociedad. Que en estos casos, la sociedad funciona como un espejo que congela esos padecimientos en vez de brindar espacios y oportunidades de cambios. Porque existen una desesperanza generalizada o porque se ofertan tratamientos rápidos, breves y superficiales en donde el sujeto con suerte consigue una aspirina para tapar sus problemas. El mercado impulsa las premisas de que el cuerpo es una maquina, los vínculos una ventaja, el tiempo es oro, y las terapia tienen el conocimiento de todo.

El tratamiento psicoanalítico devuelve el saber al paciente, escucha su padecer, soporta el difícil camino de la construcción de mejores opciones y acompaña.

Freud proponía un trabajo analítico que buscaba construir salud, y ésta es definida como la capacidad de amar y trabajar. El análisis no puede darse ni en soledad ni en terapias breves. El análisis es un recorrido que permite advertir como está tramada nuestra historia y la posibilidad de retomar la trama según nuestro deseo.

(*) Egresado a de la carrera de Musicoterapia en la Facultad de Psicología. Desde el 2009 continúa su formación teórica y clínica como psicoanalista en la Escuela de Psicoanálisis del Hospital Borda y en el Colegio clínico del Río de la Plata. 
Atiende pacientes en instituciones y en el consultorio.
Consultas al 153-359-5087. Email: barnes_emmanuel@hotmaillcom

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