El acusado de matar al estudiante en Caballito reconoció el crimen, pero aclaró que fue sin intención

El joven acusado de asesinar de un balazo al estudiante Ezequiel Agrest durante un robo cometido el año pasado en una casa del barrio porteño de Caballito reconoció este lunes haber cometido ese crimen pero aclaró que no tuvo la intención de hacerlo.

Se trata de Sebastián Pantano (26), hijo de un ex sargento de la Policía Federal, quien en sus “últimas palabras” del proceso pidió “perdón” a la familia de la víctima ante el Tribunal Oral Criminal (TOC) 28, que pasó a un cuarto intermedio hasta el miércoles 9.30 cuando comenzarán los alegatos.

Pantano afirmó ante los jueces Carlos Rengel Mirat, Carlos Mariano Chediek y Luis Oscar Márquez que no quiso matar a Ezequiel y que dos disparos fueron efectuados “sin querer”.

Sin embargo, para el abogado Daniel Borojovich, representante de la familia de la víctima, “el delincuente le pegó un culatazo a Ezequiel y lo remató de dos tiros, uno de los cuales impactó en el piso, mientras que el otro le ingresó por la axila, traspasó el pulmón, el corazón y quedó alojado en la vejiga del joven”

“El acusado se desdijo respecto a la cantidad de tiros que hubo, ya que en la etapa de instrucción había dicho que hubo un disparo y no dos”, aseguró Borojovich.

Al iniciarse el juicio, tanto el fiscal Mario Montoya como Borojovich requirieron que Pantano sea juzgado por “homicidio criminis causa”, el que se comete para ocultar otro delito, que prevé una pena de prisión perpetua.

Luego de escuchar esos requerimientos, el tribunal dio inicio a la etapa de testigos, entre ellos una compañera de estudio de Agrest, identificada como Lucía, y el hermano de ella, llamado Andrés, quienes estaban con la víctima al momento del asesinato.

“Estos testimonios demostraron que el asesino de Ezequiel fue Pantano y que no fue como dice él que los dos tiros se le escaparon”, afirmó el abogado Borojovich.

También declaró Pedro Grondona, médico legista que realizó la autopsia del cadáver, el cual describió la trayectoria de los disparos.

El juicio fue seguido por decenas de jóvenes que portaban remeras estampadas con una fotografía de la víctima y la leyenda “Justicia para Ezequiel Agrest”, quien era hijo de la filósofa Diana Cohen Agrest.

Al término de la audiencia, la madre de la víctima dijo que espera que “simplemente se haga justicia” porque Pantano le ha quitado la vida a su hijo.

Además, la mujer contó que durante el debate oral no pudo observarlo a los ojos porque “esa persona (Pantano) no merece” su mirada.

El homicidio fue cometido el 8 de julio del año pasado en una casa situada en el pasaje Bertrés, casi Pedro Goyena, de Caballito, donde vive Lucía, una compañera de estudio de Agrest.

Ambos fueron sorprendidos por un delincuente armado que ingresó a robar a la casa cuando bajaban cosas de un auto y las entraban a la vivienda.

El asaltante, quien actuó solo, los amenazó con una pistola calibre .45 que nunca fue encontrada y los hizo ingresar a la casa, por lo que la joven le entregó dinero en efectivo.

No obstante, el delincuente no quedó conforme con el botín obtenido y maniató a Lucía y a su hermano Andrés y cuando se disponía a hacerlo con Agrest, éste se resistió, por lo que primero lo golpeó con la culata del arma y luego le disparó.

Los hermanos lograron desatarse y salir corriendo a la calle pidiendo ayuda, pero el delincuente ya había escapado del lugar a la carrera.

Pantano fue detenido un mes después del crimen en una vivienda situada en el cruce de las calles Costa Rica y El Tala, de la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, e intentó ocultar su identidad al exhibir un DNI falso.

La clave para hallar al sospechoso fue que en el lugar del hecho había olvidado una mochila que contenía su currículum con sus datos personales, el cual, según la madre de Ezequiel, era utilizado en caso que la policía lo detuviera por merodear alguna zona y lo presentaba para que pareciera que estaba buscando trabajo.

Precisamente, para la madre de la víctima, el día del crimen Pantano realizaba tareas de inteligencia para conseguir datos de una empresa situada en la esquina de la casa de la compañera de Agrest, con el fin de asaltarla.

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