Ecosistemas de la ciudad, un interrogante

Escribe Antonio J. González.

El desarrollo de la ciudad, con su carga de cemento y red de servicios, incide sobre los ecosistemas circundantes de dos formas. Por un lado, la construcción de la ciudad junto a áreas ecológicamente sensibles puede conducir a la pérdida de importantes hábitats, y también al reemplazarse tierra productiva por áreas urbanizadas, aumenta la presión sobre las áreas productivas que van quedando. De ese modo, la incidencia sobre la agricultura, la ganadería y la red natural se vuelve más intensa y perjudicial para el medio ambiente.

Los peligros ambientales causados por los pobladores tienen que ver con los accidentes causados por industrias, tráfico, servicios públicos, etc. La acción de sus habitantes puede extender y profundizar el riesgo ante los peligros ambientales, por ejemplo, una construcción incorrecta que genera edificios incapaces de resistir fenómenos naturales, asentamientos urbanos en áreas inundables o frágiles, sistemas de drenaje obstruidos que facilitan inundaciones, etc. Todo eso convierte la zona en altamente riesgosa. Muchos de los problemas ambientales se dan a nivel local, generándose y afectando a ciertas zonas de la ciudad o a la ciudad en su totalidad, pero muchos de ellos más que afectar a un lugar en particular tienen consecuencias a nivel global, afectando a otras ciudades y, por reflejo, al ecosistema en general.

Las ciudades –por experiencia global- son los elementos sociales que más contribuyen al calentamiento global, y aquellas que se encuentran en las zonas costeras serán víctimas de ese desajuste en algún momento de no tomarse las correcciones sociales y globales necesarias.

Vivimos en una ciudad que debe asumirse como “costera” al borde del Río de la Plata y surcada por el Riachuelo y varios arroyos que la atraviesan… Mantiene una zona que alguna vez fue protegida como reserva natural, sus quintas, su ecosistema, sus especies. Pero se avanza sin piedad sobre ella: autopistas con su carga contaminante, los depósitos de residuos, la ausencia de limpieza regular de los cursos de agua, planes de explotación comercial e inmobiliaria no muy convincente, etc.

¿Cuánto nos falta preveer, modificar, plantear y concientizar en nuestro municipio en relación a esos temas? ¿Qué se hace en función de esta responsabilidad local y global?

Ojalá estas preguntas tengan las respuestas adecuadas en tiempo y forma. Más temprano que tarde. Nadie escapará a las responsabilidades en ese sentido, hoy, mañana o dentro de unos años, por acción acertada o errónea.

ajgpaloma@gmail.com

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