Recordar a mi amada Yorga, es moverme como un pez en el agua. En este día del maestro y a tres meses de cumplirse 15 años de su muerte, mi obligación para con mi maestra es homenajearla en cada lugar, a cada hora, en cualquier sitio donde me encuentre.

A la salida de Canal 13, cuando concursaba en «Odol pregunta», a una veintena de chicos nos inivitaba a cenar y nos hacía elegir el lugar. Ocupábamos las mesas y comíamos como leones. Enseguida la gente se agolpaba, y le pedía autógrafos, varias veces me hizo seña con el pie para que le reserváramos algo de la comida.

Todo era una profunda alegría, llegaba la hora de pagar y algún admirador ya lo había hecho.

Gracias Dios, por haberme permitido vivir mi infancia al lado de un prócer como Yorga, que me emociona hasta las lágrimas.

Algún día me reencontraré en la última cita con el recuerdo. ¡Grande chiquita!.

Mario Castro Rey