Denuncia penal por infracciones de tránsito falsas en la Dirección de Tránsito de Avellaneda

Carta de Luis Dominguez.

«Son truchos» me han dicho algunas personas sobre multas que recibieron del municipio. Confieso que siempre les concedí el beneficio de la duda hasta que me tocó a mí.  Recibí dos multas del día 10 de abril, con los ítems de luz roja / bajada de barrera con una diferencia de 2 horas entre una y la otra, cuando en el mismo momento yo estaba en mi trabajo a 105 kilómetros del centro de Avellaneda.
Las supuestas faltas acontecieron en ese radio y me fueron enviadas a mi domicilio en un papel donde no constaba ninguna prueba ni imagen. Acepté que en el voleo me tocara a mí, pedí los certificados laborales, la filmación de la entrada del auto por el servicio de seguridad de mi trabajo y, con todo eso, me dirigí a Tránsito.
El tribunal de faltas de la calle Brandsen es lo más parecido a una película de Woody Allen. Uno empieza riéndose de las contestaciones, pasa por momentos en que se pregunta uno dónde está y termina deprimido por el contenido!. 

«Buen día, señora, vengo a presentar mi descargo» dije con cara de bueno, temprano, en medio del frío invernal. «Espere!!», me dijo. Ahí me largué a esperar y esperar y esperar.  Eran las 11.30 cuando volví a la carga, esta vez ya con cara de argentino maltratado,  y de mala gana me recibió una funcionaria que ni siquiera quiso ver mis pruebas. «Aquí es para pagar, señor!» gritó el aparato que ni siquiera me miró en ningún momento y que debe haber creído estar en presencia de algún asesino serial. «Pero, esto es muy grave», le dije.  «Ustedes tienen el deber de investigar cómo se emiten estas multas falsas».

En ese momento la señora secretaria del juzgado Nº 2 dio por terminado el reclamo, se negó a recibir algún escrito y me dijo: «espere en su casa, se le enviará otro turno, la próxima pagará el doble!».
Prometí que jamás me sometería nuevamente a ese vejamen sin una cámara para filmar a estos personajes y me retiré.
Invito a todos a hacer lo mismo. No hay reflexión posible sobre personas que, bajo el rótulo institucional, se dedican a la ilegalidad y encima disfrutan maltratando a los vecinos.

No pagaré ninguna multa que no haya cometido y nadie debería hacerlo. Lo terrible es que algunos pueden demostrarlo y otros no.

Mi jornada terminó presentando una denuncia penal, causa Nº 0702-008528/12, para que investiguen si existe alguna asociación ilícita en perjuicio de los vecinos y con el afán de recaudar.  Una barbaridad en la cotidiana lucha contra la Inseguridad de los derechos ciudadanos.

Ojalá haya alguien honesto en esta trenza.

Luis Dominguez
CI 11.625.318
luisdomin2002@gmail.com

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