Crimen de Candela: dictan prisión preventiva para el último detenido

El juez de Garantías de Morón Alfredo Meade dictó la prisión preventiva para Leonardo Jara, el último acusado en ser detenido por el crimen de Candela Sol Rodríguez, cometido en agosto último, en el partido bonaerense de Hurlingham.

Fuentes judiciales informaron a Télam que el magistrado hizo lugar al pedido del fiscal de Instrucción Marcelo Tavolaro e imputó a Jara como “partícipe necesario” del delito de “homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas”.

Además de Jara, hay otros siete detenidos por el caso que ya están procesados con prisión preventiva.

Se trata de Hugo “el Topo” Moreyra, enfrentado al padre de Candela y quien habría reclutado al resto de la banda: Hugo Bermúdez, supuesto autor material; el carpintero Néstor Altamirano y la depiladora Gladys Cabrera, quienes habrían oficiado de “cuidadores”; y Alberto Espínola, Fabián Gómez y Guillermo López, acusados de aportar “logística”.

En el fallo de 19 fojas al que accedió Télam, el magistrado tomó en cuenta a un testigo que declaró cinco veces en la causa, las primeras cuatro, bajo identidad reservada, mientras que en la última desistió de hacerlo en esa calidad.

“… el día 27 de septiembre de 2011, un conocido mío, de nombre Osvaldo, que no sé el apellido, vino a mi casa y cuando estábamos charlando del caso de Candela, me contó que a la nena la levantaron en un Suzuki Fun gris, Leonardo Jara, el Topo Moreyra y otro más que no me acuerdo”, indicó el testigo.

Este hombre contó que el mismo conocido le dijo que a la nena “la llevaron a la casa de la calle Kiernan y la tuvieron ahí como tres días y de ahí como había lío con los medios, la llevaron a la casa de Cellini n° 4085 y la terminaron matando”.

“(…) me comentó que cuando la pasaron de casa en casa, iban tres autos, haciendo de campana. Que Jara, el sábado a eso de las 11 y media de la mañana, vino a mi negocio en un Gol blanco de la línea nueva, con vidrios polarizados, que no se bajó porque sabe que hay cámaras y que lo están buscando y bajó su chofer para pedirme plata, porque está sin nada, que yo me acerqué al auto y vi que Jara tenía dos fierros refiriéndose a armas, uno en la cintura adelante, y otro atrás”, agregó el testigo.

En otro tramo del fallo, el juez Meade se refirió a la declaración de un testigo de identidad reservada que señaló que el viernes 9 de septiembre estuvo “con Leonardo Jara, Fabián Gómez y Guillermo (por López)” en un pool de William Morris donde le dijeron: “pollo, sabes nos la re mandamos, nos vamos a tener que ir”.

Entonces el testigo les preguntó qué habían hecho, a lo que le respondieron: “Nos la re mandamos, estamos con el bondi de la guacha (…) el de la guacha Candela”.

Respecto de Jara, indicó que “Candela era la noviecita de Jara”, que el acusado “estaba con Candela, desde hace meses” y “también salió con otras pibitas de 16 o 17 años de Morris”.

Este testigo de identidad reservada aclaró que “a Candela no la chuparon, era la novia de Jara, y se subió sola al auto” y que “Carola, la madre de Candela le compraba droga a estos pibes y después la vendía en el barrio”.

Y agregó: “Jara el viernes me contó bien, que se estaba garchando a una pendeja, que se le estaba haciendo el novio a Candela porque sabía que la madre de Candela tenía una plata guardada y que le querían hace la caída para que le entreguen la plata”.

El juez también tuvo en cuenta la indagatoria de Espínola, quien declaró que mientras Candela estaba desaparecida se encontró con “Fabián” (por Gómez), quien iba en un auto con “Leo Jara y Guille (por López)” y que “siempre andan los tres juntos”.

Luego, el magistrado se refirió a otro testimonio de identidad reservada que declaró que “a Leo Jara lo conoce desde hace ocho años más o menos” y que “siempre trabajó con la gente que está detenida, esto es Fabi Gómez, el Guille López, con el peruano Hugo Bermúdez, con Alberto Espínola, (…) que incluso también trabajaban éstos con Juancho, el papá de Candela”.

“Los elementos de convicción probatorios son suficientes para tener por acreditada, en este estadio procesal, la responsabilidad penal del imputado en los hechos bajo estudio”, concluyó el juez en su resolución en la que justificó la prisión preventiva por el peligro de fuga.

Candela (11) desapareció el 22 de agosto pasado cuando salió de su casa de la localidad de Villa Tesei, en Hurlingham, y apareció asesinada nueve días después a la vera del Acceso Oeste, en el mismo partido bonaerense.

Para el fiscal Tavolaro, el hecho se enmarca en una “venganza no convencional” y, en principio, la banda tal vez no tenía como fin matar a la niña, pero que la asesinó porque Candela conocía a las personas que la tuvieron cautiva.

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