El menemismo y las políticas neoliberales hicieron que este Cine, como muchos otros de Avellaneda y la mismísima Buenos Aires, comenzara a perder cada día más terreno. Así fue como en noviembre de 1991, Osvaldo Torres, el último administrador del Cine, junto a su hijo César se viera en la obligación de apagar la luz de este monstruo histórico del barrio de Wilde.

A fines del año 2009 un grupo de vecinos de la localidad, que frecuentaban el Cine en su infancia, comenzaron a idear la reapertura. En marzo de 2010, la Comisión por la Recuperación del Cine Wilde comenzó a difundir la idea de la reapertura y para eso se inició una serie de proyecciones al aire libre, juntas de firmas, volanteadas, entre otras cosas. A mitad de ese año se presentó en el Presupuesto Participativo del Municipio aunque éste no prosperó. A fin de ese año, el Intendente Jorge Ferraresi fue a Wilde por el aniversario del Barrio y se le entregó en mano el Proyecto. Ahí propuso una reunión y al poco tiempo dijo que se podía pensar la construcción en el Predio de la ExPapelera del Plata. 

Desde ese día hasta la reapertura pasaron dos años más y el 22 de marzo de 2013 –el día de cumpleaños de Osvaldo, el último en apagar la luz en el primer Cine Wilde- se inauguró el lugar construido de cero con la calidad de las mejores salas del país. La Sala, con 180 butacas proporcionadas por la Municipalidad y con un proyector de última generación estaba lista para dar paso a la película elegida por la Comisión del Cine. «Infancia Clandestina», el film criollo que rompía las taquillas y era galardonada en el exterior, era la elegida para la reapertura.

Con la reapertura y el futuro por delante las expectativas siempre fueron las mejores. En marzo de éste año el Cine cumplió su primer año. Esa fiesta tuvo la cifra de más de 1.500 vecinos que se acercaron para celebrar con comidas, juegos, bailes y distintos eventos culturales. Hasta Pablo Echarri, que se crió en el barrio y que la Sala del Cine lleva su nombre, los saludó en un video muy emotivo.
Hoy el Cine es realmente un sueño cumplido de todos los que colaboraron desde aquella idea madre de la reapertura hasta la realidad. Los vecinos se adueñaron, lo tomaron como propio, participan y se suman como voluntarios. Además funcionan un montón de talleres, apoyo escolar, karate, yoga, teatro, guitarra. Es una Institución de Wilde, que vive a full con propuestas culturales todo el día.

Gonzalo Insua
Gonzaloninsua@hotmail.com