En épocas difíciles es gratificante recordar viejas glorias, en tiempos en los que los triunfos nacionales e internacionales marcaban el ritmo del Club Independiente. Uno de los hacedores fue un pibe nacido en Avellaneda que comenzó su carrera futbolística en el Club El Porvenir en 1946 para pasar finalmente en 1947 a Independiente donde desarrollaría toda su trayectoria posterior. Carlos J. Cecconato –nacido en nuestra ciudad- era bajo de estatura pero un jugador notable. Este número cinco tenía la función de dirigir el ataque, y con una precisión tal que pasaba a regular el ritmo del juego. Si era necesario, también podía jugar generosamente como defensor. Claro que eran otros momentos del fútbol argentino en nuestra ciudad.

Cecconato fué un jugador de ida y vuelta, con gran movilidad y hábil para picar al vacío. De ese modo fue funcional a un equipo integrado por notables jugadores en todas las líneas. Su especial trabajo fue asistir a sus compañeros de ataque, lo que también le permitía llegar al arco y marcar muchos goles. Era motor de arranque y empuje de la gran delantera que conformaron Micheli, Lacasia, Grillo y Cruz.
Siendo jugador de Independiente fue convocado a la selección nacional. El 14 de mayo de 1953, Cecconato debutó con la albiceleste en un partido contra Inglaterra, ganado por Argentina 3-1. Participó en la Copa América de 1955, donde Argentina ganó el campeonato sudamericano. Jugó los cinco partidos del torneo contra Paraguay, Ecuador, Perú (anotó un gol), Uruguay y Chile.

Todavía como jugador en Independiente participó del mismo torneo al año siguiente, la Copa América de 1956, donde fue subcampeón de Sudamérica con el seleccionado argentino. Cecconato jugó, en esta oportunidad, en tres partidos – contra Chile (sustituyendo sobre el terreno de juego a los 65 minutos del partido a Omar Sívori), Paraguay (luego del minuto 75 reemplazó, nada menos, a Ernesto Grillo y anotó el gol) y Brasil.

En la Primera División jugó 148 partidos y marcó 52 goles. En la Selección de fútbol de Argentina jugó 11 partidos y marcó 2 goles.

A los 28 años, en la plenitud de su carrera, se retiró del fútbol. No arregló su contrato con el Rojo, cuyos dirigentes eran considerados muy cuidadosos con las finanzas del club, y decidieron suspenderlo por dos años.

Como vemos eran tiempos de grandes hazañas deportivas para el Rojo y sus jugadores, Tiempos de mucha afirmación institucional del Club y su funcionamiento. Claro, en otras condiciones sociales y económicas y en tiempos que solemos ver con nostalgia cada vez que el desempeño del equipo de fútbol cae un poquito más.

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