Capacitarán a profesionales sobre violencia de género en el Hospital de Wilde

Es una iniciativa del Programa de Salud Integral del Adolescente y su Familia. La psicóloga Ana Clara Gimenez analizó en exclusiva para La Ciuad algunas de las causas de los incidentes domésticos donde chicas son víctimas de esta grave problemática.

Los casos de violencia de género en parejas de jóvenes y adolescente parecen haberse multiplicado de una forma preocupante en los últimos años, con varios casos incluso en los que las víctimas perdieron la vida.

Por ese motivo, desde el Programa de Salud Integral del Adolescente y su Familia del Hospital de Wilde propusieron dictar un seminario de capacitación para profesionales, que comenzaría en el mes de abril próximo.
La psicóloga Ana Clara Gimenez, intregrante del mencionado programa, analizó en exclusiva para La Ciudad algunas de las causas de esta grave problemática.

«El Programa de Salud Integral del Adolescente y su Familia del Hospital Municipal de Avellaneda Dr. Eduardo Wilde viene analizando las causas de los incidentes domésticos donde adolescentes mujeres son víctimas de violencia de género ejercida por sus parejas. El último caso resonante en la zona fue el de Maira Aldana Torchelli, de 17 años, quien falleció a consecuencia de las heridas recibidas, luego de que su novio de 23 años la rociara con alcohol para después prenderla fuego. Este no es el único caso que recibe este hospital, en el año 2010, otra adolescente de la misma edad, Katherine, recibió las mismas heridas en un hecho similar, por suerte este caso tuvo un final feliz ya que la adolescente sobrevivió», explicó la profesional del nosocomio de Wilde.

«En una investigación llevada a cabo en el año 2010 por el Programa de Adolescencia del mismo hospital, se analizan diversas conductas de riesgo de los adolescentes de la zona. Dicha investigación muestra parámetros similares a los adolescentes de otros centros urbanos. Algunos datos relevantes en cuanto a conductas de riesgo muestran que un 78% de los adolescentes encuestados consume alcohol en reuniones sociales y de este porcentaje un 23% se embriaga con frecuencia; en cuanto al consumo de marihuana, solo el 6% admitió un consumo actual; un 5% admitió haber sufrido algún abuso sexual en su vida; un 15% refiere tener un estado de ánimo entre mas o menos a negativo. Estos son solo un puñado de datos que nos pueden ayudar a repensar a nuestra adolescencia. Si bien el adolescente es impulsivo y con propensión al desorden, actualmente nos encontramos con tendencias autodestructivas que ponen en riesgo al propio adolescente y a su contexto».

«En este marco debemos analizar los casos de violencia de género protagonizados por adolescentes ya que si bien la adolescencia lleva consigo intrínseca una cuota de agresividad que le permite despegar hacia la independencia, no es de esta violencia de la que estamos hablando».

«La violencia de género atraviesa todas las etapas de la vida, desde los mas niños (donde podría ocurrir que una niña absolutamente quieta en el patio de una escuela esté atravesando por una fobia que no le permite ni siquiera moverse y que le sea negada la posibilidad con una consulta profesional debido a que la pasividad está ligada a lo femenino, es normal que una niña esté quieta, si esto ocurriera con un varón, rápidamente sería llevado al pediatra o al psicólogo infantil).

En la adolescencia, miles de chicas son sometidas a violencia verbal y psicológica por sus parejas pero que son vividas como naturales. Por ejemplo, es común escuchar «mi novio no me deja ponerme polleras cortas», o «no puedo tener amigos varones en el facebook porque mi novio no quiere», «solo salgo a bailar con mi novio, con amigas sola él no quiere». Y las chicas lo aceptan, porque también lo aceptaron sus madres, y sus abuelas…. Y luego llega el maltrato, y la adolescente ya no se da cuenta, está allí metida. Mas tarde se hace adulta y la violencia ya estaba allí, en la adolescencia».

«Los casos que se recibieron en el Hospital de Wilde no son aislados, miles de chicas adolescentes son golpeadas, maltratadas por sus novios y es allí donde hay que plantar la bandera de alerta para generar en esa mujer un cambio subjetivo que le permita darle una vuelta a su vida. Pero esto es muy difícil ya que muchas veces, este rol de la mujer violentada está naturalizado y lo natural no se puede cambiar. Justamente este es el gran error, no es natural, es construido, es social, y si se construyó se puede cambiar. Una mujer, una adolescente puede dejar de ser una víctima pasiva a defenderse y ser una adolescente que dice que NO, y comenzar a elegir lo que espera para su vida».

«No obstante, la puesta sobre el tapete de estos casos, nos obliga, como profesionales de la salud, a capacitarnos en el área para contener, asesorar y, en especial, «curar» en todo sentido a las víctimas de violencia de género, sobretodo si son adolescentes.

Desde el Programa de Salud Integral del Adolescente y su Familia del Hospital de Wilde se propone la creación de un seminario/taller de corta duración sobre el tema de atención a la víctima de violencia de género por entender que no se trata de una víctima de violencia más, sino que la violencia de género tiene su especificidad que obliga a una actitud específica para su atención y prevención. Dicha capacitación está planificada para el mes de abril de este año y se abrirá para todo aquel profesional que quiera participar».

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