Campo Hípico «Barracas al Sur»: el lugar donde los caballos son los protagonistas

En su predio de Alsina 1051, se puede aprender equitación y hacer Equinoterapia.

Desde su fundación, el 15 de septiembre de 1942, el Campo Hípico y de Pato «Barracas al Sur» se convirtió en una de las instituciones tradicionalistas más importante de la zona sur, donde se puede rescatar y revivir toda una cultura del campo en pleno casco urbano.

En su sede de Alsina 1051, los vecinos de Avellaneda y aledaños no solo pueden disfrutar del «aire de campo» en familia, sino que los amantes de los caballos podrán tomar clases de equitación e inculcarle a los más pequeños el respeto y cariño por uno de los animales más nobles.

«Básicamente vienen chicos que quieren aprender a montar y se les enseña lo que es la equitación propiamente dicho, es decir el salto, en conjunto con las técnicas de adiestramiento, que es saber conducir al animal», explicó el ingeniero Adalberto Ascurra, miembro de la comisión directiva de la institución.

En ese sentido, destacó que son muy pocos los que hacen sólo adiestramiento y que no es obligación anotarse en la escuela para practicar el deporte, pero como los chicos que se inician tienen entre cinco y siete años, por lo general, la escuela es el marco ideal porque estarán acompañados por profesionales capacitados y preparados para tal fin.

A medida que los pequeños alumnos avanzan y toman confianza con el animal, los instructores les van poniendo pequeñas vallas para que las superen, se entusiasmen con el deporte y sigan creciendo.

Consultado sobre cómo se inicia la enseñanza, el Ing. Ascurra puntualizó que la primera condición es que el chico no le tenga miedo al caballo y en eso también trabajan los instructores. «Una vez que el chico se siete cómodo, empiezan con un pony y en la medida que vayan avanzando pasan a caballos más grandes», aseguró.

«Hay niños que son chicos de tamaño y no tienen tanta fuerza, por eso el pony es ideal para que puedan frenarlo -agregó Ascurra- además todos los caballos de la escuela son muy mansos y saben que están llevando chicos y se comportan muy tranquilos».

Cuando los chicos van a avanzando y los instructores ven que tienen condiciones, se habla con los padres para saber si pueden tener un caballo propio o pensionar alguno.

«Pensionar es como un alquiler, vos te hacés cargo de su mantenimiento por un tiempo determinado, que puede ser un mes, dos meses, un año o lo que sea», aclaró el Ing. Ascurra.

En caso de tener un caballo a disposición, sea pensionado o propio, los chicos salen de la escuelita y van con los instructores particulares, con quienes coordinan los horarios de clase de acuerdo a la disponibilidad de los chicos y de sus padres.

Desde el ingreso a la escuelita de equitación, «Barracas al Sur» le ofrece a sus alumnos la posibilidad de hacer equitación en forma recreativa como así también competitiva.

«Desde chicos van a diversas competencias porque, dentro de la Copa Sur de la Federación Ecuestre Argentina, hay una destinada a las escuelas y la primera altura que saltan es sesenta centímetros», comentó Ascurra.

«Estos torneos son para que la criatura y los padres vayan viendo lo que es en sí mismo el deporte -añadió- después la mayoría de los campos hípicos organizan concursos internos donde los chicos se van desarrollando».

«La mayoría de los padres desconocen lo que es este deporte y vienen porque a sus hijos les gustan los caballos. Después hablando con los instructores van entendiendo mejor», puntualizó.

Por lo general no todos los chicos participan de los concursos. Los instructores evalúan, en función de la cantidad de caballos a trasladar, quiénes son lo más aptos para competir.

«Se fijan quién está en condiciones desde la técnica y también el amor propio de cada criatura para que no terminen golpeados psicológicamente por una derrota, porque el deporte es algo para que se diviertan no para que se frustren», manifestó el Ing. Ascurra.

Horario y requisitos
El Campo Hípico y de Pato «Barracas al Sur» abre sus puertas de martes a domingos y la escuela funciona en todo momento porque los horarios se acuerdan con cada instructor.

«El lunes el campo se mantiene cerrado porque le corresponde el descanso semanal a los empleados», aclaró Ascurra, quien además agregó que los que tienen caballos propios o pensionados pueden ir en cualquier momento del día para montar.
«Lo que sí le pedimos, si la persona aún no está muy ducha en el manejo del caballo, es que siempre lo haga en presencia de un instructor, aunque no fuera el suyo, que siempre haya alguien en la pista para evitar accidentes que pueden ser problemáticos», expresó.

La única condición para estar en la escuela es ser socio de la institución y, si es chico, también un mayor por una cuestión de responsabilidad civil.
Sobre los costos de la escuela, Ascurra aseguró que los valores no son altos con respecto a lo que es el deporte.

«Después, lo que es el entorno también tiene un costo, pero al principio la escuela le suministra al alumno el casco y una polainas para cubrirse las pantorrillas. Después si sigue podrá comprarse sus propios elementos», sostuvo.

Los interesados en solicitar más información podrán acercase a la sede de la entidad, Alsina 1051, de martes a domingos de 9.30 a 12 y de 14 a 19 ó bien llamar al 4201-5196.

Equinoterapia
Otro de los servicios que brinda el Campo Hípico y de Pato «Barracas al Sur» es el de Equinoterapia, el cual se retomó el año pasado por una necesidad social.
«Mucha gente venía a averiguar, por lo que tuvimos que buscar a una persona capacitada -remarcó Ascurra- tenemos una psicóloga que es la que trabaja en la estimulación de las criaturas».

En este caso, la inscripción se hace de la misma manera que para la escuela y en los mismos horarios. «Si bien es flexible, hay que coordinar los horarios porque en equinoterapia se necesitan dos personas, una que lleve el caballo y la psicóloga que va estimulando los movimientos», aclaró.

«La relación que se va dando entre el jinete y el caballo, y lo que se logra, no se puede creer. La mayoría de los que asisten tienen problemas motrices, pero si tiene otra discapacidad pueden consultarlo con la psicóloga para saber si es útil hacer equinoterapia», enfatizó Ascurra.

Finalmente, consultado sobre los socios que concurren al Campo, Ascurra remarcó que hay mucha gente que viene de la Ciudad de Buenos Aires y de otros municipios porque «siempre buscamos que éste sea un espacio familiar, que todos se sientan cómodos y que los padres se queden tranquilos porque saben que sus hijos están contenidos».

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