«Bang!», la revista de cómics que leen los grandes

En apenas unos meses, el emprendimiento se ganó un lugar entre los amantes del género. Entrevista a Juan Pablo Almirón y a Guillermo Bertrán, creadores de Bang!.

Con apenas cuatro meses de vida, la revista “Bang!” ya se convirtió en uno de los exponentes del cómic que poco a poco va ganando más adeptos en la zona sur de la provincia y en la Ciudad de Buenos Aires, con una tirada de cuatro mil ejemplares.

Con historias diferentes pero con la misma pasión por este género, el destino cruzó en la misma escuela a Juan Pablo Almirón y a Guillermo Bertrán, quienes crearon este vehículo de cultura como una herramienta para poder difundir su arte.

Juan Pablo Almirón nació en Lanús hace 28 años pero reside en Avellaneda, tras su paso por el Instituto Universitario Nacional de Arte (IUNA) y por el Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda, donde se recibió como Realizador de Cine Animado, se anotó en la Escuela “La Ola” para aprender el arte de la historieta.

“Soy más de la animación, quizá por ver a Spiderman o X-Men de chiquito. Al cómic lo veo como una herramienta más para contar historias, que es lo que yo quiero, ya sea en una pintura, en un cómic o en una película”, le explicó a La Ciudad el propio Almirón.

En tanto, Guillermo Bertrán tiene 30 años y es profesor de Filosofía, cuyos conocimientos le permiten explotar aún más su faceta de guionista. Autodidacta y amante del género, se inscribió también en “La Ola” donde comenzó a gestarse, al cruzarse con Almirón, lo que hoy es la revista “Bang!”.

Esta nueva revista es un producto realizado con mucho esfuerzo y dedicación, y con el apoyo de grandes artistas como Jorge Lucas, creador de “El Cazador”; Diego Greco y Alejo Valdearena, ambos de la revista Viva; Marcelo Dupleich, Director de la mencionada escuela; y Diego Agrimbau, ganador del premio Planeta; entre otros.

Consultado sobre cómo definiría al producto, Guillermo Bertrán aseguró que “Bang es una revista de historietas, cuentos, humor, tiras cómicas y comentarios de cine, videojuegos y música; que surge como una necesidad de crear espacios para hacer cosas y mostrarnos”.

“Primero le buscamos un formato económico, con un tamaño cómodo, papel accesible y bien presentado, gracias al trabajo de Damián Fernández que hace arte con el diseño”, remarcó Bertrán.

La idea de sus creadores es que la revista vaya más allá del público que por lo general se vuelca al cómic, y sea aceptada por todos, ya que su formato es ideal para aquellos que viajan en colectivo a su trabajo y quieran algo entretenido para leer.

“Tratamos de ser bastante permeables a los que nos pasa e ir aprendiendo, y si bien yo estoy enamorado de Bang, reconozco que hay cosas para mejorar, pero nos pasaron cosas como abrir un Facebook y al mes ya tener 200 personas”, sostuvo Bertrán.

“Con solo poner en el Facebook que era una revista de cómic la gente se sumó. Se ve que hay hambre de leer y nosotros tratamos de saciar esa necesidad- agregó Almirón- además Internet nos sirvió como una punta para preguntar qué es lo que querían de la revista”.

En cuanto a la temática que abordan en cada revista, no hay una bajada de línea editorial relacionada con los temas a tratar porque la única premisa es entretener. “Básicamente nos ponemos a contar las historias que tenemos ganas de contar, algunas de terror, otras de superhéroes, variadas”, sostuvo Almirón.

Más allá de los temas, “Bang!” tiene una estructura determinada que sus lectores ya conocen de memoria al recorrer sus cien páginas: una entrevista a una artista, que incluye algo de su trabajo, cuatro historietas de diez páginas cada una, dos cuentos cortos, secciones de humor y un consultorio a cargo de la Dra. Valeria Toddo que responde a todo tipo de preguntas, entre otras cosas.

“En base a esta estructura, y con el material que nos mandaron, tenemos ya separadas las historias que van a ir en cada número y las entrevistas realizadas”, explicó Bertrán asegurando que van tres números adelantados por todo el trabajo previo que realizan.

“Para sacar la primera edición veníamos trabajando desde hacía un año y medio porque fuimos preguntando, aprendiendo, juntando material, buscando opiniones de artistas conocidos -agregó Almirón- así fuimos encontrando las historias y abriendo la puerta en Internet (www.bangrevista.com) que posibilitó que del interior nos viniera un material impresionante”.

“El trabajo de armado se nos facilitó porque el diseñador gráfico, Damián Fernández, que tiene años armando su propia revista, nos puso el ritmo de trabajo. Nosotros le tiramos un ladrillo y él con sus conocimientos ideó una estructura que amalgama todo”, reconoció Juan Pablo.

“El tema de trabajar en equipo permite eso -añadió Beltrán- cada uno aporta lo suyo y de pronto el proyecto cobra vida y sale solo”.

Para que nadie se quede afuera y pueda engancharse con “Bang!” desde cualquiera de sus ediciones, uno de los requisitos que se impusieron para cada trabajo es que la historia sea autoconclusiva. “Puede ser costumbrista, ciencia ficción, terror, social, pero en diez páginas contame algo,0diante un blog -aseguró Almirón- a veces nos dicen que entremos a determinados sitios donde se está discutiendo sobre nuestra revista, así que no tenemos magnitud de la difusión; más allá de nuestro esfuerzo, se hace sola”.

Los vecinos de Avellaneda, además de encontrar a “Bang!” en Internet y en los kioscos de diarios, pueden acercarse a “La Boutique del Lector”, en la Galería French de avenida Mitre al 600.

La industria del cómic
La industria del cómic que hace algunas décadas era muy fuerte en Argentina, parece repuntar un poco luego de una notoria caída. Sin embargo, todo le cuesta el doble para los amantes de este género porque el común denominador es que lo consideren como “infantil”.

“En Europa, sobre todo en Francia, España y Bélgica, es como que el cómic no es un tipo de literatura aparte. Acá, si bien ha decrecido desde los ’70 y ahora repuntado un poco, sigue existiendo ese prejuicio de considerarlo que es para chicos”, puntualizó Bertrán.

“En los ’70 se complicó el tema de publicar por una cuestión de costos y en los ’90 se abrió la importación y era imposible competir contra Batman en el uno a uno”, completó.

“En definitiva, la culpa es nuestra porque si no nos movemos para cambiarle esa cultura a la gente, sola por su cuenta no va a cambiar -agregó- si uno no le muestra lo bueno que es la historieta, van a seguir pensando que el Batman de Adam West o una página con seis cuadritos donde dice pum o bang es una historieta”.

Según Almirón, dividir la literatura en géneros perjudicó la difusión del cómic, porque la gente se permite ir al cine a ver una película de acción pero no puede comprar una historieta con la misma temática. “No se por qué, pero la gente fue a ver Isidoro al cine pero no compra la revista”, graficó.

Para que “Bang!” siga abriéndose camino, sus creadores tienen algo bien claro: la revista debe tener buenos dibujos y buenas historias. “Hay quien dice que si bien un buen guión sostiene un mal dibujo, un buen dibujo no te sostiene un mal guión, pero nosotros no nos conformamos con eso, salimos a buscar los mejores guiones y el mejor dibujo que le vaya a esa historia”, remarcaron sus ideólogos.

Cuentos e historias entretenidas, buenos dibujos que combinan lo clásico con lo moderno, un formato novedoso y un diseño ágil son algunas de las características que permitieron que “Bang!” sea hoy un digno exponente de la industria del cómic local.

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