Espacios de arte de Buenos Aires, Santa Fe, Salta, Tucumán, Nueva York, San Pablo y Santiago de Chile conviven aquí durante cinco días entre propuestas heterogéneas y variadas, coloridas, y explosivas, lejos de los parámetros que suelen presentar las galerías con trayectoria: luces claras, paredes blancas, minimalismo en el montaje.

El colectivo de autogestión bahiense Perfecta Galería funciona en un subsuelo en pleno microcentro de Bahía Blanca, por eso instaló en su stand una suerte de techo repleto de objetos, para sentir la sensación de sumergirse, de estar en casa, según explica a Télam Massi Díaz, uno de los artistas.

“Tratamos de exhibir lo más representativo de lo que ocurre en Bahía Blanca con el arte contemporáneo”, explica Díaz sobre este colectivo de artistas de entre 20 y 34 años, cuya trastienda tiene la particularidad de exhibirse detrás de dos cortinas de baño con sus respectivos barrales.

Un librito de pop up “Coney Island”, donde se despliegan figuras de juegos de feria (rueda de la fortuna, calesita) en diferentes colores fue de lo más vendido en este espacio, igual que las explosivas y coloridas pinturas sobre durlock de Lorena Biccicont.

La cooperativa de artistas Viña Roja Arte Contemporáneo de Cafayate, Salta, apuesta al concepto de feria y recrear sus medios expositivos, “una estructura precaria, un montaje desordenado y amontonado, y que la gente se acerque, pueda tocar, manipular la obra, con precios bajos, de fácil acceso”, cuenta a Télam Evangelina Aybar, una de las doce artistas del espacio.

Una geografía majestuosa, entre colores, ríos, naturaleza y paisajes es el nexo entre estos doce artistas que comenzaron a interactuar a raíz de una exposición a la que le siguió una residencia con diferentes actividades, todas relacionadas con el lugar y titulada “Telúrica”.

“Viña roja” -el nombre del único cuadro que Vincent Van Gogh vendió en vida- reúne en sus paredes y mesas video, foto, dibujo, instalación, objeto, escultura, cerámica e incluso arte textil y se obras desde los 30 dólares, asegura Aybar.

La galería chilena Daniel Morón rinde homenaje a un arquero histórico del equipo Colo Colo, del 91, que fue campeón de la Libertadores y otros títulos, y todo el stand está ligado a esta temática, césped sintético en el piso, una disposición de cancha de fútbol y obras de arte como botines intervenidos, banderines, camisetas, gorritas, copas del mundo de distintos colores.

“No sólo el fútbol es una manera de hacer un pie forzado sobre un ícono popular, además es una manera de llevar la galería a un lugar que no es de alta cultura”, cuenta a Télam Sebastián Salfate sobre este stand de Santiago de Chile, con obras realizadas especialmente para esta edición de arteBA.

“También es una iniciativa para generar empatía y un modo de poner el futbol como eje central de una identidad latinoamericana”, se entusiasma este galerista y artista, que ofrece “precios bastante módicos: la obra más cara es una vitrina repleta de pequeños objetos, como figuritas de museo, en 2700 dólares, y hay papeles (dibujos) desde 10 dólares”.

Proyecto Munguau de Buenos Aires, uno de los espacios más atractivos a la vista del público, entre banderas y ropas coloridas -que forman parte de una performance en la que interviene el visitante con vestimentas típicas coreanas-, busca promover el intercambio cultural con Corea del Sur, cuenta a Télam Gala Berger artista del espacio.

Allí se exhiben videos, dibujos, pinturas y fotografías de artistas como Choi Jeong Hwa, Miju Lee, Sol Pipkin, Facundo Pires y Felipe Salem.

La Hermana Favorita de Rosario y muchas ventas concretadas (se puede ver por los puntitos rojos junto a las obras), la platense y kitsch Felina Super Heroína, con las paredes revestidas en peluche blanco y suave, y la misteriosa propuesta de Rayo Lazer, el stand totalmente oculto, hay que acceder por un pequeño pasillo, son otra de las propuestas del Barrio Joven.