En el marco de un mes de junio que comienza a desandar con un incremento de precios en rubros sensibles como los combustibles y transporte, las carnicerías también se sumarían a esta suba de valor, con un incremento que oscilaría entre un 8 al 10%.

Las razones para entender estas subas hay que empezar a rastrearlas en el mercado de Liniers. La semana anterior, y con un clima que complicó el traslado de hacienda al predio de Mataderos, la oferta disminuyó y los valores de la hacienda destinada a consumo rompieron todos los récords, con terneros que llegaron a pagarse 50 pesos el kilo vivo y valores muy firmes en el caso de novillitos.

Las opiniones dentro de la cadena de valor de la carne están divididas en relación a este tema. Por el lado de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), su presidente Miguel Schiariti fue categórico. “Parece que el aumento de precios en Liniers quiere ser utilizado por sectores que buscan aumentar un 10% el precio de la carne en el mostrador”, advirtió ante una consulta de INFOCIELO.

Con  respecto a los precios de Liniers, el directivo estimó que cuando las condiciones climáticas mejoren y los caminos se encuentren más transitables, volverán a bajar. “Es imposible que estos precios se sostengan en el tiempo, y caerán a los valores de la semana anterior”, señaló.

Desde las entidades que representan a los carniceros, la visión es distinta. Alberto Williams, presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal, sostuvo en declaraciones periodísticas que recibieron la media res con aumentos de 4 a 5 pesos el kilo.

De esta manera, sufrieron incrementos que oscilaron entre el 8 y 10%, y cada media res que baja a las carnicerías tiene un costo de hasta 93 pesos por kilo. “El carnicero no puede absorber eso, va a tener que aumentar un 8 a un 10%”, afirmó, y agregó que el kilo de milanesas puede llegar a los 180 pesos, mientras que en el caso del asado llegaría a 175 pesos por kilo.