Ubicada en Tres Arroyos 4851, en Villa Dominico, la empresa «Armaduras del Sur» es la más importante del mercado en materia de servicios industrializados de corte, doblado y prearmado de acero.
 
En sus trece años de trayectoria, participó de obras de gran envergadura como la construcción de la Usina de Río Turbio, el estadio de Salta, y las ampliaciones del arroyo Maldonado, de la Panamericana y de la Ruta 6, entre otras.
 
«Nuestro objetivo es doblar y cortar acero para la construcción. Los conformamos en planta siguiendo los lineamientos de lo que hoy se usa en países mucho más avanzados que el nuestro», le explicó a La Ciudad el Director de la empresa, el Ing. Mario Lerher.
 
Por lo general, el acero se vende a las obras en barras de 12 metros y todo el trabajo se realiza allí. Por ese motivo, este servicio de cortado y doblado que ofrece «Armaduras del Sur» trae aparejado múltiples beneficios: agiliza los tiempos, no tiene desperdicios y evita los robos en obra.
 
«El espacio en una obra es fundamental, pero además se ahorra tiempo y se economiza material -comentó el Ing. Lerher- cuando uno necesita una barra de doce metros es genial, pero no es habitual, por lo que cuando lo corta en tramos siempre queda un desperdicio promedio de 15% por ciento».
 
En «Armaduras del Sur», cada cliente recibe el acero cortado y doblado, con merma cero, de acuerdo a los planos de la constructora. Además, cada pieza es etiquetada para saber en qué sector de la obra tendrá que ser ubicada y, de esta manera, evitar desplazamientos internos inútiles durante la construcción.
 
«Ahorran espacio y no tienen que destinar mano de obra a esta tarea. Además en las construcciones se trabaja con máquinas semiautomáticas o manuales y nosotros tenemos equipos de última generación, automáticos y totalmente computarizados que hacen el trabajo cien veces más rápido y con  exactitud», remarcó el Ing. Mario Lerher.
 
Mientras en Europa 85% del acero que se utiliza en la construcción es preconformado en fábrica, en plantas como las de «Armaduras del Sur», en la Argentina ese porcentaje es de apenas 12%.
 
«Es una cuestión cultural, porque como la empresa constructora subcontrata no les interesa, tienen sus cuadrillas armadas y no se quieren desprender de esa gente porque si toman una obra chica los necesitan», aclaró.
 
Sin embargo, poco a poco esta metodología va ganando espacio y creciendo. Al respecto, el director de la empresa aseguró que «es una demanda que va en aumento y se puede aspirar a que este sistema cubra la mitad, pero todavía hay obras pequeñas que prefieren lo artesanal».
 
Trece años de crecimiento
 
«Armaduras del Sur» nació el 1 de setiembre de 1998 en Florencio Varela, en una planta de 2.400 metros cuadrados que aún conserva.
 
En octubre de 2006, el crecimiento del mercado los obligó a dar un nuevo paso e inaugurar en Villa Dominico lo que hoy es su planta principal, de 5.000 metros cuadrados.
 
«Elegimos Avellaneda porque es un punto estratégico. Estamos a quince minutos del obelisco, sobre la autopista y conectados con todo el Gran Buenos Aires y cerca de la otra planta», afirmó el Ing. Mario Lerher al referirse a los motivos por los cuales eligieron este distrito para afincarse.
 
Con respecto a la competencia, el directivo de la empresa explicó que el resto que integra el sector son más chicas. De hecho, mientras «Armaduras del Sur» tiene una producción de 3500 toneladas por mes, la empresa que les sigue tiene una capacidad máxima de 1000.
 
«Además tenemos cinco camiones propios y también contratados para llevar el producto a todo el país», remarcó el Ing. Lerher.
 
Entre las grandes empresas que buscan soluciones en «Armaduras del Sur», se destacan «Roggio Construcciones», «Iecsa S.A.», «Dycasa»,  »Dyopsa» y «Constructora San José».
 
«Estamos asociados a Acindar, que es la productora de acero más grande del mundo. Cuando necesitamos barras especiales, nos la fabrican ya cortadas a medida, para minimizar la merma», comentó.
 
«Actualmente nos hicimos cargo de la producción de acero cortado y doblado de Acindar -añadió- tenían una planta que desarmaron, así que ahora producimos para ellos».
 
En apenas trece años de vida, «Armaduras del Sur» sigue creciendo a la par de la construcción y, desde Domínico, se convirtió en la empresa más importante del sector.