Ariel Quassi, un deportista orgullo de Avellaneda, fue Medalla de Plata en Canadá

El nadador del Independiente fue segundo en los 100 metros pecho en los Juegos Parapanamericanos. En exclusiva con La Ciudad, repasó su exitosa carrera y anunció su retiro luego de los Juegos Paraolímpicos de Río 2016.

Humildad, simpleza, sacrificio, fortaleza. Estas son algunas, y sólo algunas, de las extraordinarias cualidades de Ariel Quassi, un joven avellanedense de 32 años de edad y uno de los mejores nadadores paraolímpicos del mundo.

En los recientes Juegos Parapanamericanos de Toronto, Canadá, Ariel logró la Medalla de Plata en la especialidad 100 metros pecho, con un tiempo de 1.55.82, detrás del colombiano Moisés Fuentes.

“Estoy muy contento por haber ganado la Medalla de Plata en mi especialidad, ya que la idea era subir al podio y lo pude lograr con un muy positivo segundo puesto”, le contó este vecino de Villa Domínico a La Ciudad.

Y como si fuera poco, gracias al tiempo registrado en Toronto, el nadador del Club Atlético Independiente y uno de los mejores ocho del mundo, consiguió clasificar a los Juegos Paraolímpicos 2016 de Río de Janeiro, en Brasil. 


De esta manera, Quassi disputaría su quinto Juego Paraolímpico que se sumará a los otros cinco Mundiales y Parapanamericanos donde ya estuvo presente y obtuvo más de 200 medallas, de las cuales la mitad son doradas. Simplemente, un talento superlativo.


No obstante, el “tiburón” de Avellaneda adelantó que en los próximos Juegos de Río de Janeiro será su despedida de las competencias oficiales. Sí, se retirará de la natación. “Tengo muchísimas competencias en mi haber. Disfruté un montón viajar, participar y estoy orgulloso de todo lo que logré; me voy muy satisfecho”, afirmó. Luego, de modo explicativo, agregó: “Como nado los cuatro estilos, por torneo tengo más de una competencia. Es un laburo y esfuerzo enorme que hago junto a mi entrenadora del CAI y del seleccionado, Edith Arraspide. La verdad que hice una hermosa carrera que trato de disfrutar, aunque a veces en el día a día, no tomo dimensión de todo lo conseguido. Por eso mismo creo que Río es una linda oportunidad para despedirme”, expresó. 

Como la competencia paraolímpica será es un país vecino, a Ariel lo podrán acompañar sus padres, su hermana y su novia, lo cual hará que el momento sea por demás especial.

Cabe recordar que Ariel nació con una atrofia medular, que lo obliga a desplazarse con muletas canadienses. Por tal motivo, los médicos les habían recomendado a los padres que le hagan practicar natación. Así fue como Quassi se hizo amigo del agua a los 3 años. Con el tiempo, los profesores observaron que se desenvolvía muy bien en la pileta y le recomendaron a su padre sumarlo a la escuela. Allí nació la  historia de amor de Ariel con el deporte, que no terminó ni terminará.

En 1997, Quassi disputó su primer torneo en Santa Fe con 14 años y por su desempeño lo convocaron a la Selección. Desde ahí,  es un miembro estable del equipo, con logros más que importantes: batió tres veces el récord mundial de 50 metros en pileta corta. 

Luego de representar a algunos clubes del barrio, el querido nadador de nuestra ciudad desembarcó en 2001 en Independiente, donde se encuentra hasta la actualidad. “En el club me trataron espectacular desde un primer momento. Estoy más que feliz de pertenecer a esta familia, ya que mi entrenadora y mis compañeros me ayudan y contienen muchísimo. Encima, como soy hincha del Rojo, eso le da un plus especial, ya que represento a los colores que llevo en mi corazón”, sostuvo orgulloso.  

¿Y qué hará cuando cuelgue la toalla y antiparras? Inevitablemente continuará ligado a las piscinas: “Me recibí de entrenador de natación, entonces, obviamente, continuaré en lo mío, pero del lado de profesor”. Además, el incansable Ariel es Licenciado en Publicidad recibido en la UADE, donde hoy ejerce como docente y está cursando el postgrado en Maestría de Comunicación.

Aplausos, varios y estruendosos para este joven que a pesar de las adversidades de la vida, supo aprender a nunca bajar los brazos y, con ayuda de sus seres queridos, ser un guerrero, dentro y fuera del agua. Un verdadero ejemplo que llena de orgullo a Avellaneda y a todo un país.

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