Aquellas exposiciones de libros

Escribe Antonio J. González.

A partir de la década del ’60, en la que se comprueba un renacer de la actividad artística y cultural en el país, el libro y sus autores comienzan a tomar mayor contacto con el hombre común mediante muestras y exposiciones en diferentes lugares. En Avellaneda la actividad tuvo, en aquella época, una de sus primeras manifestaciones.

En 1962 se registra una de esas experiencias, durante la Exposición del Libro que organiza la Biblioteca Popular Veladas de Estudio en su sede de la calle Entre Ríos, en Piñeiro, bajo la presidencia de Ricardo Muñiz. Para ese entonces existía una variada red de bibliotecas barriales que cumplieron un rol importante y necesario en la divulgación de la actividad literaria y la disponibilidad pública de los libros. Muchas de ellas aún permanecen brindando idéntica función popular.

La muestra en Veladas de Estudio estuvo habilitada al público durante varias semanas. Se habilitaron varios stands de editoriales nacionales con ediciones valiosas que, según una crónica de entonces, “constituyen de por sí verdaderas joyas de las artes gráficas”. Se brindaron conferencias alusivas y la presentación de los stands de editoriales fue destacada por su “ornato e iluminación”.

En la misma línea de divulgación cultural, en 1964 un grupo de entidades culturales, deportivas y barriales organizan la Semana de la Cultura en Avellaneda que se repetiría todos los años hasta 1972. En su programación se incluyeron exposiciones de libros y revistas en la Plaza Alsina y en otros espacios públicos, fiel al espíritu de esas jornadas para “difundir a nivel popular las manifestaciones del arte y la cultura”. En 1966, en el marco de la Semana de la Cultura, se organizó en la sede de la Dirección de Cultura municipal una Exposición del Periodismo y la Literatura de Avellaneda. Luego, en el año 1975, comienza a organizarse la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires.

En el largo período posterior, coincidente con la larga noche de la dictadura militar, no se registran nuevas exposiciones en nuestra ciudad. A comienzos de la década del ’80, la Sociedad Argentina de Escritores, a través de su filial en la región sur del conurbano, inicia un ciclo de exposiciones del libro “del autor del sur” en diferentes municipios, y uno de las primeras se realiza en el hall del Club Independiente con stands de autores regionales. Recién en 1983 se organiza una nueva Exposición Feria del Libro de Avellaneda con el auspicio de la municipalidad y la intervención de entidades y autores locales, además de editoriales nacionales.

Lo que sigue después es el surgimiento de entidades específicas de los escritores locales, como la delegación Avellaneda de la Sociedad Argentina de Escritores y el Encuentro de Escritores de Avellaneda, agrupaciones que continúan aquella inquietud de divulgación y promoción de la obra literaria de los autores de la región. Más tarde, la Secretaría de Cultura y Promoción de las Artes del municipio, retoma en sus manos la organización de diferentes Exposiciones del Libro que se hicieron en dependencias propias hasta el presente.

Sin embargo, aquellas primeras experiencias populares de poner al alcance de los pobladores de nuestra ciudad las expresiones literarias y ediciones de los autores de Avellaneda no se ha repetido con las características amplias y directas de entonces. No se volvieron a ver en las calles y plazas los libros y publicaciones locales, al estilo de las que se producían en los años ’60 y ’70. Tampoco las exposiciones que se organizan concentran la diversidad, matices y alternativas de la producción literaria de la región.

Son otros tiempos, dicen. Es cierto, ni la Exposición Feria Internacional del Libro es la misma de entonces. Todo cambia, como dice la canción, pero algunas veces a contrapelo de las reales necesidades de los autores y su obra.

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