Antonia Artel, escultura sigue reposando

Escribe Antonio J. González. La escultura en el hall del edificio municipal.

En una de estas últimas crónicas hemos preguntado sobre el paradero de la escultura de Antonia Artel que había sido instalada en un rincón de la plaza Marcelino Ugarte de Piñeiro. Fue instalada allí en 1940 y era la primera de su tipo que se levantaba en un espacio público de nuestra ciudad. Tuvimos varios informes y comprobaciones que la escultura estaba aún en su lugar hasta el año 2002. pero –por esas cosas de la vida- ya no estaba. Recorrimos todos los lugares de esa plaza pero nada ni nadie daba noticias sobre dónde se encontraba ahora esa escultura, denominada “Reposo”, que representa una mujer desnuda reclinada horizontalmente y en un tamaño de aproximadamente dos metros de base.

Gioconda de Zábatta, en su libro “Antonia Artel, vocación de crear”,cuenta la escena de su inauguración: “El Dr. Nicolás Avellaneda, acercándose con porte sereno y altivo, descubre a los ojos del pueblo, la belleza cautivante de “Reposo”, estatua de bronce de la artista de Avellaneda, Antonia Artel, que fuera adquirida por la Municipalidad, para ornato de la nueva plaza”. La obra había recibido el primer premio en el Salón Municipal de ese año. Algunas informaciones parciales llegaron a este cronista, pero nada que afirmara que la obra estaba en algún otro lugar.

Pero ahora la hemos encontrado. La búsqueda y los interrogantes ya tienen respuesta. A raíz de la información suministrada por uno de sus familiares, fuimos hasta el edificio de la Municipalidad en la calle Güemes, traspusimos la puerta de entrada y allí, a la derecha, en un rincón, junto a un pequeño mostrador de atención al público, blanca (pintada con un esmalte brillante) estaba ella. Aún reposando, como una reina o una mujer cansada vaya uno saber de qué esfuerzos o tareas. Se había tomado un minuto para descansar, minuto que ya lleva 73 años. Y allí la tenemos. Sana y salva.

Debo confesar que mi alma volvió a su reducto. En estos momentos tan peculiares donde el respeto y el cuidado de las obras de arte no es lo que abunda, ella todavía está y nos alegramos por la memoria de su autora, una de los artistas que al año siguiente de aquel hecho constituyen la Asociación Gente de Arte.

Toda esta información forma parte de la historia cultural y no entendemos cómo se encuentra fuera de su lugar de origen. La plaza Ugarte es su lugar, y ninguna justificación avala su traslado al hall del edificio municipal. Ni siquiera se justifica que lo sea por su resguardo ante el vandalismo o el robo, porque de ese modo retiraríamos todas las esculturas levantadas en otros espacios públicos.

Consideramos que el municipio puede devolverla a su lugar de origen, del que no debió salir por ninguna clase de argumento o causa. Ni siquiera por un pacato y medioeval resguardo por tratarse de una mujer desnuda. Es respetar el legado histórico de un barrio como Piñeyro y una reivindicación de la famosa escultora.
Ah, y también –por buen gusto y respeto artístico- quitarle esa pintura blanca de terror y dejar el bronce al natural, como fue hecho, aún con el deterioro del tiempo. Es un tributo necesario y reparador.

ajgpaloma@gmail.com

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