Angustia
Escribe Claudio Penso, especialista en impulsar procesos de cambio y crecimiento.
Angustia y angosto provienen del latín angustus que quiere decir estrecho.
Así se describía a los desfiladeros o abismos profundos y estrechos. Eran lugares que había que saltar y la sensación que provocaba estar cerca del vacío, pasó a llamarse angustus, es decir, angustia.
Los hombres antiguos debían atravesar los desfiladeros angostos en fila, sin poder agruparse. Esto probablemente era angustiante, por verse aprisionados entre paredes estrechas y el riesgo de ser atacados desde arriba.
Stress también tiene la misma raíz y se origina en la palabra strictia que significa comprimido. Cuando algo es comprimido, apretado, al final resulta angosto, estrecho o estresado. Ya sea un material, el cuerpo o el corazón.
Toda travesía confronta a un hombre con un abismo profundo. Aparece ante sí la opción de saltarlo, vadearlo para evitar el riesgo del vacío o retroceder.
¿Qué hacer? Ese momento clave, previo a una determinación suele estar impregnado de stress. Pero la angustia no se alimenta del tránsito por un lugar comprimido, ni del riesgo de la cercanía con el peligro, sino de la inmovilidad, la parálisis de estar ahí sin hacer nada.
Claudio Penso
Especialista en impulsar procesos de cambio y crecimiento
claudio@claudiopenso.com