A 330 metros de las tuberías de aguas residuales de los reactores del 1 hasta el 4, se hallaron partículas de yodo con una concentración 4.385 veces superior a lo permitido, sin que se sepa bien cómo llegó la radiactividad al mar, según un despacho de la agencia DPA.

La empresa Tepco, que opera la central, supone que las partículas proceden de los reactores o de barras de combustible dañadas en la vasija de combustible usado, informó la agencia de noticias Jiji Press.

La Agencia de Vigilancia Nuclear prevé ahora aumentar los puestos de medición en el mar y al mismo tiempo analizar el agua subterránea en el territorio cercano a la central nuclear.

En tanto, la lluvia obligó a Tepco a suspender el lanzamiento de resina artificial sobre los escombros contaminados para limitar la radiactividad.

Hasta Japón llegaron ayer también la jefa de la empresa atómica francesa Areva, Anne Lauvergeon, acompañada de cinco expertos nucleares especializados en aguas residuales radiactivas.

Otros 20 operarios de la empresa francesa viajarán a Japón, hasta donde también llegará un equipo de 140 expertos procedentes de Estados Unidos.

Alemania, por su parte, envió una segunda gran bomba de agua a Japón para ayudar a enfriar los reactores de Fukushima.

El número de muertos aumentó a 11.362, mientras que 16.290 personas permanecen desaparecidas.

El emperador Akihito se reunió por primera vez con los sobrevivientes del terremoto y el tsunami, en un encuentro del que participó su esposa, Michiko, con unos 290 refugiados en Tokio, informaron medios japoneses.

Ayer se registró en el noreste de ese país, una nueva réplica del sismo, de 6,0 grados en la escala de Richter, y el epicentro se localizó frente a la costa de la prefectura de Miyagi y el hipocentro bajo el fondo marítimo, indicó la agencia.

El remezón se sintió también en la ciudad de Tokio, situada a 300 kilómetros de allí, donde los edificios se tambalearon y si bien no se reportaron heridos, no se sabe si el terremoto afectó en la planta nuclear Fukushima I.