Algunas consideraciones acerca del calentamiento global

Escribe el Dr. Oscar Alberto Fariña

Ante las pobres conclusiones del encuentro realizado en Cancún con respecto al calentamiento global y al compromiso de los países en buscar acuerdos sobre las medidas a tomar para su mejoramiento paulatino con vistas a disminuir el efecto invernadero que producimos como consecuencia de la carrera desenfrenada que se imprimió al mundo en función de niveles crecientes de consumismo, con dudosos beneficios para nuestra especie y con conocidas consecuencias desequilibrantes para la homeostasis de nuestro planeta, que nos llevan a situaciones de grandes catástrofes ambientales, es que debemos reflexionar sobre el uso indiscriminado de fuentes de energía no renovables durante los últimos 60 años que intensifican el efecto invernadero que provoca las catástrofes climáticas que padecemos en los últimos tiempos. Inundaciones, terremotos, maremotos, desertificaciones, huracanes, etc. pasaron a ser informaciones corrientes en nuestros medios de comunicación. Nos preocupan los escasos resultados en el cumplimiento de los compromisos asumidos en las últimas Conferencias de Partes (COP) por los países firmantes y la ausencia de compromisos de los grandes generadores de las emanaciones que contribuyen al efecto invernadero (Dióxido de Carbono, Gas metano, etc.) como EEUU y China. Recordemos que EEUU contribuye al 36 % de las emisiones de Dióxido de Carbono del planeta, al cual siguen: China, Japón, etc. siendo los países en vías de desarrollo pequeños aportantes a este proceso.

El dióxido de carbono (CO2) se produce preferentemente por la combustión de combustibles orgánicos (derivados del petróleo como ser: naftas, gas oil, fuel oil, gas natural, etc.) el mismo se filtra (se transforma) a través de la fotosíntesis que realizan los árboles y los campos. Se puede calcular el metabolismo de cada ciudad y la necesidad de forestación para acercarse al equilibrio entre la producción de gases de carbono y su filtrado. Lo mismo ocurre sobre la generación de gas metano, el 60 % de su producción es antropogénica (energía, basureros, ganadería de rumiantes, humedales, combustión de la biomasa, etc.) cuya mayor fuente de producción es la actividad ganadera, ya que se produce en el proceso de digestión y defecación especialmente de rumiantes (vacas) por fermentación de la bosta que estas generan, actualmente existen soluciones que disminuyen dichas emanaciones a través de la utilización de la misma en la generación de energías renovables.

El Óxido nitroso, producido por emisiones vehiculares e industriales.

Los hidrofluorocarbonos (HFC-23), que se produce como subproducto del HFC-22, que a su vez es un reemplazante del CFC (clorofluocarbonos), que tiene efecto sobre la capa de ozono, mientras los HFC y los PFC (perfluorocarbonos) que no tienen efecto sobre la capa de ozono, pero si, tienen un efecto potencial sobre el calentamiento global (estos productos están presentes en anestésicos, refrigerantes, propelentes, disolventes, lubricantes, productos repelentes de agua y manchas, reactivos químicos). Y están incluidos dentro de los 6 gases que contempla el protocolo de Kyoto, y que está contemplada su eliminación progresiva de acuerdo al Protocolo de Montreal.

En este contexto es oportuno repasar los términos de la COP 10 (10 ª Conferencia de Partes), realizada en Buenos Aires en 2.004, donde el entonces Presidente de la Nación Dr. Néstor Carlos Kirchner, aportó criterios interesantes en cuanto al enfoque de los países en vías de desarrollo y su rol en este tema. En el discurso inaugural de Conferencia, expresaba: … «Por primera vez en la historia del hombre la naturaleza lo desafía y pone en cuestión las bases mismas de la civilización global. Se trata de una amenaza a la implantación de la vida humana en nuestro planeta; es un problema de naturaleza mundial debido a causas frecuentemente distantes, radicadas principalmente en sociedades económicamente más poderosas y muchas veces desaprensivas en la generación de procesos cuyos efectos recaen sobre otros pueblos y otras generaciones.

Las intensas transformaciones técnicas que obedecen a un sistema particular de valor y a una voluntad de poder que sitúa en un mismo plano de equivalencias a los bienes materiales, los culturales y al espacio natural, han engendrado desequilibrios ecológicos cuya progresión amenaza con ser ya inevitable. Se admite que con toda probabilidad el cambio climático agravará las ya insoportables condiciones de pobreza y hambre por todo el mundo. El costo de esa trasgresión paradójicamente es soportado por todos los países y resulta más gravoso para los en de desarrollo, para los más vulnerables, precisamente para los que menos han hecho para provocar esta catástrofe.

….el diseño y aplicación de un mecanismo para compartir las cargas en función de las responsabilidades es la génesis del problema y las capacidades diferenciales son el único modo mediante el cual será posible lograr una participación creciente de los países en desarrollo en la mitigación y en la acción en pos de desterrar las causas de cambio climático, porque la equidad debe estar en la base de las determinaciones que se tomen en esta conferencia.

Si superponemos el mapa mundial de la pobreza y el endeudamiento financiero de los países con el mapa mundial de la ubicación de las mayores extensiones de activos ambientales que aportan al mantenimiento de la biodiversidad, es fácil advertir su coincidencia. Del mismo modo, si superponemos el mapa de los acreedores financieros con el de los países que mayor contribución realizan ala degradación que produce el cambio de clima en el mundo, encontraríamos simétricas coincidencias.

Advertimos que quienes cargamos con deudas de increíble peso en materia financiera somos a la vez los mayores acreedores ambientales en el planeta, en cuanto constituimos una verdadera reserva ambiental que no recibe ningún tipo de compensación por parte de sus deudores ambientales. Los acreedores financieros que resultan implacables ante el incumplimiento de sus deudores no admiten hacerse cargo de la deuda ambiental contraída con los países menos desarrollados….»

Con respecto a la situación de nuestro país aporta solamente el 0,6 % del dióxido de carbono global, y además es el que hoy realiza un aporte extraordinario para disminuir el efecto invernadero a través de poseer el mayor parque automotor que funciona a gas natural del planeta, (los automóviles a Gas, generan mucho menos CO2, que los que lo hacen a nafta o gas oil), por la siembra directa (que erosiona menos la tierra, aprovecha sustancias orgánicas y utiliza menor cantidad de combustibles orgánicos), el recambio de lámparas de iluminación, por las de bajo consumo, nos produce un ahorro de energía como la que producirá Atucha II, y además, tiene un programa intensivo de utilización de fuentes de energías renovables (energía Eólica, Solar, hidráulica, etc.) lo que nos coloca en una situación de liderazgo internacional en cuanto al cumplimiento de metas para disminuir el calentamiento Global, lo que nos autoriza a insistir en el reclamo de compensaciones por el aporte no solo nuestro, sino del grupo de países en vías de desarrollo al cual pertenecemos.

Dr.Oscar Alberto Fariña
Bibliografía: Informe de la COP 10, Buenos Aires, 2004.
La posición Argentina. Dr. Vicente Barros (CONICET)

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