Quiero destacar, pese a que mi marido falleció, la atención de todo lo que representó el servicio de PAMI y del Sanatorio 24 de Septiembre de Avellaneda. No quiero olvidarme de nadie. Han hecho lo imposible por salvarlo desde el servicio de terapia intensiva, internación, Sta. Andrea y Nancy, enfermeras, médicos, en especial quien correspondía al piso, el Dr. Virgili, Sta. Irene, Sta. Laura, quien todos los días venía a preguntar cómo estabamos antendidos, también al servicio de seguridad que siempre tenían una palabra de aliento y por último a los señores de la ambulancia por su trato cordial con el enfermo.

Con todo el dolor de mi alma perdí a mi esposo, pero no puedo dejar de agradecer a todas estas personas y algunas más que no conozco el nombre, gracias a todos. Y ojalá que la gente no sólo critique sino que destaque las cosas buenas que PAMI brinda.

Dora T. de Fernández
DNI 0807307