A 38 años de la guerra de Malvinas: Soberanía, memoria y homenaje

El 2 de abril es un día de luto para la patria. Y sobre todo una oportunidad para contrastar la acción heroica y desinteresada de nuestros combatientes frente la cobardía de una dictadura militar que buscó oxígeno en una causa justa ante el descalabro de su macabro proyecto de poder. En paralelo al repudio unánime de “célebres” genocidas, como Astiz, que cedieron posiciones claves sin jalar una sola vez del gatillo, lo opinión pública superó con éxito aquella amnesia colectiva que trazó la posguerra, y hoy rinde homenaje a nuestros héroes. En su mayoría, jóvenes de entre 17 y 19 años que lo dieron todo en defensa de la soberanía nacional. Inclusive, hipotecando su futuro.

Toda guerra tiene una factura donde se adosan dos costos: la vida o el sufrimiento perpetuo, en caso de haber sorteado con éxito los tormentos infligidos, en este caso particular, por un doble enemigo. Durante la confrontación los soldados fueron blanco del incesante plomo inglés adosado, aunque cueste creerlo, a la tortura de numerosos mandos argentinos.

Pero Malvinas también puede emparentarse con aquellas materias espinosas para el grueso de un curso en tiempos escolares. Esas que cuestan aprobar. Pese a los avances significativos, abundan retrocesos en el plano de la concientización sobre el derecho soberano que nos asiste sobre esos archipiélagos. En resumen ¿Cuántos de los nuestros, al margen de las anécdotas de guerra, sabrán que la provincia más grande del país cuenta con una porción significativa de su suelo y aguas circundantes ocupadas por una potencia colonial? En concreto, Tierra del Fuego e Islas del Atlántico Sur.

Como vemos, Malvinas es una asignatura pendiente para comprender de formal cabal e íntegra el significado de soberanía. Frente al vaciamiento de su significado, ese valioso concepto, vital para nuestra democracia, nos interpela como escuela en el trayecto hacia la construcción de una ciudadanía critica. Y Malvinas, como parada obligada, nos encontrará nuevamente tras la cuarentena como comunidad educativa, junto a los combatientes de Avellaneda.

Por los que ya no están, por los que volvieron, por la recuperación de Malvinas y el ejercicio pleno de la soberanía.

Comunidad educativa del ISS