El Servicio de Oftalmología del Hospital Pedro Fiorito realizó una nueva jornada de prevención de la ceguera por diabetes y glaucoma, la cual viene realizando en forma anual desde hace aproximadamente una década.
Consultada por La Ciudad, la titular del Servicio y Directora de la Campaña, Dra. María Teresa Di Luca, destacó la participación de la comunidad, no solo de Avellaneda, sino de municipios vecinos como Quilmes y Florencio Varela que se acercó al anexo del nosocomio para efectuarse los estudios preventivos.
En ese sentido, informó que se realizaron controles en 186 personas, de las cuales la mitad no presentaban inconvenientes.
«El 10% tenía retinopatía hipertensiva; un 12% presentaba alteraciones en la retina por la diabetes; un 9% tenía otras patologías como conjuntivitis, a los que se los medicó y citó para control; mientras que un 19%, por lo detectado en el fondo de ojos, era sospechoso de glaucoma», detalló la Dra. Di Luca.
En este último caso, fueron citados nuevamente para hacerse estudios más específicos. «También se presentaron dos casos donde los pacientes que, si bien no tenían presión, tenían el ojo con una estructura muy estrecha, que los podría llevar a una crisis de glaucoma agudo», comentó.
«Dentro de las patologías normales, también se detectó a una embarazada que presentaba un edema de papila, a quien volvimos a citar para ver por qué se le produjo – añadió la Dra. Di Luca – y pacientes con disminución de la visión por miopía».
Con respecto al perfil de la personas que se acercaron para participar de la jornada de prevención, la Dra. Di Luca comentó que en su mayoría eran mujeres y que el promedio de edad rondaba los sesenta años.
«Muchos vinieron para control, sin tener síntomas ni sospechas de alguna patología y otros se acercaron con folletería de las jornadas anteriores», manifestó.
«Muchos vinieron por recomendación de amigos y familiares que ya habían participado. Incluso el boca a boca funcionó en el mismo día porque varios llegaron sobre la hora», afirmó la Dra. Di Luca.
En otro orden, la titular del Servicio de Oftalmología del Fiorito remarcó la importancia de hacerse controles periódicos para que las patologías sean detectadas y tratadas a tiempo.
«El glaucoma, principalmente, no nos da síntomas. Puede aparecer en cualquier momento, a mayor edad, mayores probabilidades, y si tiene antecedentes familiares más propenso todavía», explicó.
«Hay pacientes que no saben que son hipertensos y que consideran que tienen picos de presión cuando se ponen nerviosos – aseguró – y resulta que ya tienen instalada una retinopatía hipertensiva».
La Dra. Di Luca informó además que la diabetes tipo 2, también llamada del adulto, muchas veces no se puede precisar cuándo comenzó, provocando que «el daño sea directamente proporcional al tiempo en que se demore en detectar la patología».
«La evolución de la enfermedad es mayor cuando pasa el tiempo y no hay tratamiento – sostuvo – por eso cuando se toma a tiempo se regulan todos los factores de riesgo y se retrasa muchísimo la aparición de la retinopatía diabética».
Con respecto a los controles, dijo que «acompañado por los estudios clínicos de glucemia, a partir de los cuarenta es conveniente hacerse un control oftalmológico una vez por año».
Tras dichos controles, el oftalmólogo será quien determine con qué periodicidad tendrá que repetirlo, mientras que para los pacientes medicados es conveniente repetir los estudios cada tres meses.
Aquellos que deseen hacerse un control pueden acercarse en cualquier momento al Servicio de Oftalmología del Hospital Fiorito o pedirlo en forma telefónica.
«Lo recomendable es sacarlo un mes antes, que por lo general es el tiempo de espera tanto en los hospitales públicos como en el sistema privado», expresó la Dra. Di Luca.
Finalmente, la titular del Servicio agradeció a los laboratorios Poen y Alcón por el apoyo a la campaña, resaltó la labor de los oftalmólogos Roberto Arce, Mónica Mir, Pablo Korman, Daniel Casero y Matías Torres; a las enfermeras Rosa Marinero y Carmen Alfonso, y las vecinas María Eugenia, Stella Maris, Graciela, Marta y Stella, quienes se acercaron a colaborar.
