Una de las noticias que más llamaron la atención en los últimos días, fue la fuga de varios internos alojados en el penal de máxima seguridad de Ezeiza.
Los diarios mostraron fotos del boquete que abrieron los presos para escapar, y agregaron que se presumen graves complicidades porque no funcionaron ninguna de los sistemas preventivos: los guardias no descubrieron el boquete durante sus inspecciones, los vigías ubicados en las torres no vieron los presos cuando escapaban y los sensores ubicados en el alambrado perimetral no funcionaron.
El Director renunciante de desempeño por lo menos polémico, organizador del denominado «Batayón Militante» integrado por adictos al gobierno bajo su jurisdicción- señaló en conferencia de prensa la posible existencia de complicidades internas que facilitaron la fuga, sugiriendo que alguno de los guardias habría recibido recompensas económicas por mirar para otro lado.
Si, como pareciera, los prófugos contaron con complicidad del personal que debía vigilarlos, la noticia no puede sorprender a nadie: en el gobierno nacional la Presidenta mantiene en sus cargos a demasiados funcionarios con incrementos sustanciales de su patrimonio adquirido mientras se desempeñan en la función pública, y el gobierno ha hecho todo lo posible por protegerlos. Pensemos en el Vicepresidente de la República, en el ex Secretario de Transporte, en el actual Jefe del Estado Mayor del Ejército, en el Ministro de Planeamiento y en tantos otros que se han convertido en la nueva clase enriquecida, privilegiada y protegida.
El mal ejemplo cunde y por eso, nadie puede extrañarse cuando, en los menores niveles del aparato estatal, se toma como imitable la inconducta que baja desde la cúpula. Los funcionarios deben ser eficientes y honestos. En la Argentina de hoy, la honestidad y la eficiencia son cualidades escasas en los altos niveles de decisión.
Y por último, un toque de color: dicen que los sensores del alambrado perimetral no funcionaban ¡porque el Secretario de Comercio Moreno prohibió la importación de los repuestos!.
Dr. Juan Manuel Casella
estudiocasella@cpacf.org.ar
